El nuevo presidente italiano promete ser imparcial y llama a combatir la corrupción

Sergio Mattarella
TONY GENTILE / REUTERS
Actualizado: martes, 3 febrero 2015 15:46

ROMA 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

El magistrado Sergio Mattarella ha prestado juramento este martes como presidente de Italia con un discurso en el que ha prometido su imparcialidad y en el que, entre otras cosas, ha defendido que el Parlamento saque adelante las reformas pendientes y ha reclamado que sea prioritaria la lucha contra la corrupción.

"En el lenguaje corriente se suele traducir la función del jefe de Estado como el papel de un árbitro, de garante de la Constitución. Es una imagen eficaz", ha afirmado Mattarella, subrayando que "el árbitro debe ser, y será, imparcial". En este sentido, ha pedido a los "jugadores que le ayuden con su corrección", en un mensaje a los partidos políticos.

Mattarella, que fue elegido este sábado como sucesor de Giorgio Napolitano, ha expresado su deseo de que se complete la reforma de la Constitución para que "nuestra democracia sea más adecuada". Hay que "reformar la Constitución para reforzar el proceso democrático", ha opinado, reclamando igualmente que se apruebe la reforma electoral.

Igualmente, el nuevo presidente de la República ha pedido que el parlamento "no sea una expresión de un segmento de la sociedad o de intereses particulares, sino que represente a todo el pueblo italiano" y que todos sus integrantes estén "al servicio del país". Además, ha llamado a la "unidad" entre el norte y el sur y ha reclamado "responsabilidad" a los parlamentarios.

LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN

En otro orden de cosas, ha incidido en que "la lucha contra la mafia y la corrupción son prioridades absolutas" ya que la "corrupción ha alcanzado un nivel inaceptable" en el país mientras que "es alarmante la difusión de las mafias, antiguas y nuevas, incluso en zonas geográficas históricamente inmunes".

Mattarella, de 73 años y cuyo hermano fue asesinado por la Cosa Nostra en 1980, se ha referido en este punto a los "héroes" en la lucha contra la mafia, los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, asesinados por la mafia siciliana en dos atentados en 1992.

El nuevo jefe de Estado también ha hecho mención al problema del terrorismo yihadista, pero ha advertido de que no se debe afrontar este "reto terrible desde la óptica del choque entre religiones o civilizaciones" ya que sería "un grave error".

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