Actualizado: martes, 15 septiembre 2015 7:19

CANBERRA/SÍDNEY 15 Sep. (Reuters/EP) -

El nuevo primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, ha prometido este martes que se centrará en la estabilidad y buscará apuntalar a una economía vacilante tras convertirse en el cuarto líder del país en dos años.

El Partido Liberal llevó a cabo una votación secreta a última hora del lunes donde removió a Tony Abbott como cabeza del partido mayoritario en una coalición conservadora de Gobierno, y designó como su sustituto a Turnbull, un multimillonario y ex empresario de tecnología que es popular entre el electorado.

"Estoy lleno de optimismo y estableceremos en las próximas semanas (...) los cimientos adicionales que asegurarán nuestra prosperidad en los próximos años", ha dicho Turnbull a la prensa cuando se dirigía al Parlamento para asumir el cargo.

Abbott fue apartado del cargo dos años después de comenzar su mandato de tres años, tras meses de encuestas de opinión que mostraron que su popularidad se había hundido en momentos en que la economía australiana lucha por hacer frente al final de un auge de la minería.

Turnbull había sido previamente difícil de aceptar para el ala derechista de su partido debido a sus opiniones progresistas sobre el cambio climático, el matrimonio entre personas del mismo sexo y sobre la posibilidad de convertir a Australia en una república.

Sin embargo, el pésimo desempeño de Abbott y la excesiva dependencia en las consignas para promover sus principales políticas, incluyendo un enfoque de línea dura sobre los refugiados, desgastó la oposición interna a Turnbull.

Abbott, en su último discurso como primer ministro el martes, se comprometió a hacer que la transición de liderazgo sea lo más sencilla posible, pero también expresó su preocupación de que "un cargo de primer ministro que funcione como puerta giratoria no puede ser bueno para el país".

Australia ha sido sacudida en los últimos años por maquinaciones internas y maniobras partidistas para remover líderes que han disminuido la confianza del público y de las empresas en el Gobierno.

"No habrá ataques, ni debilitamiento y tampoco habrá críticas maliciosas", ha asegurado Abbott a la prensa.

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