Archivo - Refugiados sirios en el campo de Azraq, en Jordania - MOHAMMAD ABU GHOSH / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO
Al Bashir habla de "monumental desafío" y recalca que el principal objetivo es "restaurar la seguridad y la estabilidad"
MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
El nuevo primer ministro interino de Siria, Mohamed al Bashir, ha prometido este miércoles que las autoridades instauradas tras la caída del régimen de Bashar al Assad a raíz de la ofensiva relámpago de yihadistas y rebeldes "garantizará los derechos de todos los pueblos" y ha hecho un llamamiento a los millones de refugiados sirios para que regresen al país.
Al Bashir, nombrado para el cargo durante la jornada del martes de cara a un periodo de interinidad que concluirá el 1 de marzo de 2025, ha afirmado en una entrevista concedida al diario italiano 'Corriere della Sera' que entre los objetivos de las autoridades figura "lograr la vuelta de los millones de refugiados sirios desperdigados por todo el mundo"
"Su capital humano y su experiencia ayudará a reiniciar el país. Mi llamamiento es a todos los sirios en el extranjero: Siria es ahora un país libre que ha recuperado su orgullo y su dignidad. Vuelvan. Necesitamos reconstruir, levantar de nuevo al país, y necesitamos la ayuda de todos", ha afirmado.
Asimismo, ha manifestado que "las acciones equivocadas de ciertos grupos islamistas han llevado a muchas personas, especialmente en Occidente, a asociar a los musulmanes con el terrorismo y al islam con el extremismo", ante una pregunta sobre el hecho de que organizaciones como Hayat Tahrir al Sham (HTS) y sus líderes vengan de las filas del yihadismo.
"Hubo errores y malentendidos que distorsionaron el verdadero significado del islam, que es la religión de la justicia. Precisamente porque somos islámicos, garantizaremos los derechos de todos los pueblos y las comunidades de Siria", ha argumentado Al Bashir.
Asimismo, ha subrayado que las nuevas autoridades hacen frente a "un monumental desafío" por la situación en el país y ha afirmado que "heredan una administración inflada y plagada de corrupción". "El régimen se devoró a sí mismo, pero mientras tanto la gente estaba viviendo en la pobreza", ha explicado.
Al Bashir ha detallado que "en las arcas sólo hay libras sirias, que prácticamente no valen nada". "Un dólar estadounidense equivale a 35.000 libras sirias. No tenemos reservas extranjeras y, en lo relativo a préstamos y bonos, estamos recopilando los datos. Financieramente estamos en un estado muy malo", ha lamentado.
En este sentido, ha defendido que él mismo cuenta con experiencia gestionando los asuntos en la provincia de Idlib (noroeste), donde HTS nombró un Gobierno de Salvación Nacional que estuvo encabezado por Al Bashir hasta el inicio de la ofensiva y su nombramiento como primer ministro interino.
"Tenemos la experiencia de Idlib, donde logramos buenos progresos. Una provincia no es lo mismo que todo el país, pero sentimos que la situación en Siria puede mejorarse. Llevará tiempo, pero llegaremos a ello", ha subrayado, al tiempo que ha incidido en que la principal prioridad es "restaurar la seguridad y la estabilidad en todas las ciudades sirias", ya que "la gente está agotada por la injusticia y la tiranía".
En esta línea, ha argüido que "los sirios no pueden vivir con la precariedad de servicios esenciales como electricidad, comida y agua". "Estamos en un gobierno de transición, pero tenemos que empezar a abordar estos problemas", ha manifestado, al tiempo que ha tildado de "inaceptable" la situación en las localidades arrebatadas al régimen durante la ofensiva.
Por último, Al Bashir ha confirmado contactos con "países como Irak, China y muchos otros" para "explicar que el objetivo de la revolución era liberar a los sirios de Bashar al Assad". "Todo el mundo lo entendió. No tenemos problemas con ningún Estado, partido o secta que se haya distanciado del régimen sanguinario de Al Assad", ha manifestado, sin responder a una pregunta directa sobre posibles relaciones con Israel, Irán o Rusia.
La ofensiva en Siria, lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib --situada en el noroeste, en la frontera con Turquía--, ha permitido a yihadistas y rebeldes tomar la capital, Damasco, y poner fin al régimen de la familia Al Assad, en el poder desde 1971 *--primero con Hafez al Assad (1971-2000) y posteriormente con su hijo, Bashar--, ante un repliegue constante de las tropas gubernamentales, respaldadas por Rusia e Irán.