MADRID 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Ejército de Siria ha protagonizado este lunes nuevos enfrentamientos contra milicias islamistas en el valle de Barada, en el marco de su ofensiva por los cortes de agua en la principal ruta de suministro a la capital, Damasco.
El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos ha indicado que en los enfrentamientos, que han tenido lugar en la zona noroccidental del valle, han participado además miembros del partido-milicia chií libanés Hezbolá, que apoya al Gobierno.
Barada es un punto caliente al tratarse de una posición fuertemente defendida por los rebeldes. El Gobierno sirio ha declarado que su intención es la de controlar el valle para garantizar el suministro de agua a la capital.
El presidente sirio, Bashar al Assad, ha acusado este lunes al grupo Frente Fatá al Sham --antiguo Frente al Nusra-- de estar bloqueando el suministro de agua a Damasco, recalcando que "más de cinco millones de civiles están sin agua desde hace tres semanas".
"El alto el fuego no afecta al Frente al Nusra o a Estado Islámico, y la zona en la que luchamos para liberar (...) está ocupada por el Frente al Nusra", ha resaltado.
Sin embargo, los rebeldes acusan al Ejecutivo de intentar alcanzar por la fuerza lo que no han conseguido con la negociación, en el marco de los acuerdos que el Gobierno y la oposición están firmando para despejar los alrededores de la capital.
Naciones Unidas advirtió el jueves de que el sabotaje del suministro de agua es un crimen de guerra, recordando que la canalización afectada supone el 70 por ciento del suministro de agua en la capital de Siria.
Este mismo lunes, la ONU ha cifrado en 10.000 el número de desplazados a causa de los combates en la zona, entre ellos 7.500 que se han registrado con la Media Luna Árabe Siria en las zonas que controla el Gobierno.