Refugiadas de Burundi en un campo de refugiados de Ruanda.
Reuters
Actualizado: miércoles, 16 noviembre 2016 21:14

MADRID 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

El número de refugiados que llegan a Tanzania procedentes de Burundi se ha quintuplicado en los últimos cuatro meses, lo que ha provocado que los campos de refugiados se encuentren desbordados, según ha denunciado la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), que ha instado a la comunidad internacional a ofrecer ayuda para disminuir los niveles de malnutrición, así como el riesgo a padecer malaria.

La violencia en Burundi ha provocado que al menos un cuarto de los refugiados congoleños y burundeses convivan en varios campos de refugiados en Tanzania. "Se espera que el número de refugiados en los tres campos supere las 280.000 personas a finales de este año, por lo que esta situación se está convirtiendo en una de las mayores crisis de refugiados de África", ha indicado el director de la Misión de MSF en el país, David Nash.

A pesar de las advertencias realizadas este año por MSF, que ha informado de que más de 10.000 refugiados llegan a Tanzania cada mes desde Burundi, el nivel de ayudas no ha aumentado. "La respuesta humanitaria actual, especialmente en términos de refugio, agua e higiene, será imposible de soportar teniendo en cuenta el gran número de personas que se espera que lleguen durante los próximos meses", ha manifestado Nash.

"Tal y como está la situación en Burundi, que no parece que vaya a mejorar, es crucial que la comunidad internacional preste asistencia humanitaria para paliar la crisis en Tanzania", ha añadido. Durante los últimos meses, la distribución de ayuda se ha visto amenazada por la falta de fondos, ha denunciado MSF.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó en octubre de una posible disminución del 60 por ciento de las raciones de comida, una situación que se logró evitar gracias a una donación de última hora. Sin embargo, el riesgo de que aumente la escasez de alimentos supone una fuerte presión para las organizaciones humanitarias que trabajan en la región.

INCIDENCIA DE LA MALARIA

En el oeste de Tanzania, donde la incidencia de la malaria es alta, los refugiados burundeses son vulnerables a la enfermedad. Según ha informado MSF, los refugiados que han llegado al país en los últimos meses han sido ubicados en el campo de Nduta, donde han sido situados temporalmente en refugios de más de 200 personas, con un gran riesgo de transmisión.

Aunque son trasladados a los pocos días, no existe garantía alguna de que exista refugio suficiente para todos los que crucen la frontera en los próximos meses. "A medida que se acerca la estación de la lluvia se produce un aumento de la migración", ha señalado Nash.

"Tal y como pudimos comprobar el año pasado en Nyatugusu, las precarias condiciones de vida en las que se encuentran los refugiados sólo empeoran su situación. Están muy débiles para viajar, y los niños y las mujeres embarazadas son muy vulnerables", ha añadido.

Entre enero y agosto de 2016, los equipos de MSF en Nyarugusu y Nduta registraron 72.644 casos de malaria, de los cuales un gran número se complicaron. De cara al invierno, los miembros de la organización se están preparando para un notable aumento de la aparición de nuevos pacientes en los campos de refugiados.

"El Gobierno de Tanzania, que ha mantenido abiertas sus fronteras para responder a la crisis, no debería enfrentarse sólo a la situación. Es necesario que se preste ayuda de manera rápida y a mayor escala", ha aseverado Nash.

LA MAYOR CRISIS DE ÁFRICA

La migración de ciudadanos burundeses como consecuencia del alto nivel de violencia existente en el país ha dado lugar a la mayor crisis de refugiados de África, según MSF, que ha manifestado que un 3 por ciento de la población ha huido del país desde que la crisis política comenzó en 2015, cuando el presidente, Pierre Nkurunziza, decidió presentarse de nuevo a las elecciones.

La Liga de Derechos Humanos de Burundi y la Federación Internacional para los Derechos Humanos, que han alertado de que se están cometiendo crímenes de guerra en el país, han denunciado que los refugiados son además víctimas del acoso.

En octubre, el Gobierno de Burundi puso en marcha el proceso de salida del país del Tribunal Penal Internacional (TPI) después de que este anunciara que investigaría posibles casos de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y tortura en el país.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha indicado que el número de refugiados podría aumentar hasta alcanzar los 280.000 a finales de este año. "Es necesario y urgente que se establezcan campos adicionales para poder ofrecer una recepción digna a los refugiados", ha indicado la representante de ACNUR en Tanzania, Chansa Kapaya.

"ACNUR espera que la continua insistencia para que el Gobierno ponga a disposición un nuevo campo de refugiados se resuelva con éxito", ha afirmado Kapaya.

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