El NRC alerta del "intenso y cada vez peor sufrimiento que soporta la población siria desde once largos años" de guerra
MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
El número de sirios en riesgo de inseguridad alimentaria ha alcanzado niveles máximos en la última década, con cifras que podrían ascender a los 12,4 millones este año, según ha alertado este lunes la organización no gubernamental Acción contra el Hambre.
La ONG ha señalado que aunque la intensidad del conflicto se ha reducido durante los últimos doce meses, las necesidades superan las capacidades de las familias para hacer frente a la inflación, con el coste medio de los alimentos en los niveles más altos registrados desde que se inició el seguimiento.
Así, ha explicado que la hiperinflación afecta a la capacidad adquisitiva de los sirios, con bienes necesarios como el agua, los alimentos, el combustible y la electricidad fuera de su alcance. Los hogares sirios gastan de media un 50 por ciento más que sus ingresos.
Por ello, las familias no pueden permitirse comprar combustible para los generadores y muchas cuentan con menos de cuatro horas de electricidad pública al día, mientras que el aumento de los precios significa que el transporte y por lo tanto el acudir al trabajo se haya encarecido, mientras que los agricultores tienen menos dinero para planificar plantaciones.
Acción contra el Hambre ha recordado además que Rusia y Ucrania figuran entre los principales exportadores de grano para Oriente Próximo, por lo que el conflicto en Ucrania podría provocar una escasez de suministro, lo que ha llevado a Damasco a racionar sus reservas de grano, lo que tiene un impacto sobre los precios.
A esta situación se suman la escasez de lluvias, con la peor sequía de las últimas siete décadas lo que ha tenido igualmente un impacto sobre las cosechas. Así, se calcula que la producción de trigo será menos de la mitad de la de 2021 y una cuarta parte de la media anterior al conflicto.
Por ello, la ONG ha reclamado soluciones a largo plazo centradas en la recuperación temprana y la resiliencia para devolver la esperanza, la dignidad y la autosuficiencia a los sirios. De esta forma, estas soluciones deberían incluir el restablecimiento de las infraestructuras y el aumento del acceso de los civiles a los servicios básicos, como las redes de agua, las tuberías, las redes de riego y las estaciones de bombeo, así como el restablecimiento y el mantenimiento de las instalaciones educativas y de salud pública.
Por su parte, el secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Jan Egeland, ha alertado del "intenso y cada vez peor sufrimiento que soporta la población siria desde once largos años", algo que ha descrito como "una de las mayores tragedias de nuestros tiempos, que ha empeorado durante el último año a la sombra de crisis en otros lugares".
"En Siria, hoy, cada vez más padres no pueden permitirse poner comida en la mesa. Sus hijos se van a la cama con el estómago vacío noche tras noche. El pan, el combustible, la electricidad y el agua potable están fuera del alcance para millones de personas", ha lamentado.
Egeland ha destacado que "casi siete millones de personas aún dependen de la ayuda para comprar alimentos, permanecer en un lugar seguro e ir a la escuela". "La comunidad internacional no debe alejarse del firme compromiso que adquirió", ha subrayado.
"Durante las últimas dos semanas, Europa ha demostrado que es posible movilizar recursos tremendos para los vulnerables en sus momentos de mayor necesidad. Es fundamental que los países abran sus puertas y sus recursos a los sirios que necesitan urgentemente ayuda, protección y seguridad", ha zanjado.