ROMA, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
Italia tiene previsto nombrar al duodécimo presidente de la República tras la marcha de Giorgio Napolitano, que ha decidido dejar la política a sus 89 años de edad y pasará a la historia del país por ser el único jefe de Estado en haber sido elegido una segunda vez y tener un pasado comunista.
Tras una intensa semana en la política italiana, centrada en el debate sobre el 'Italicum', el proyecto de ley electoral del primer ministro, Matteo Renzi, los 1009 'grandes electores' se sentarán a debatir los principales candidatos el próximo 29 de enero. Los componentes de esta Asamblea serán los miembros de ambas cámaras más 58 representantes regionales.
Los requisitos para acceder al Quirinale son la ciudadanía italiana, tener más de 50 años y "los derechos civiles y políticos intactos". La Constitución no hace referencia a la necesidad de ser parlamentario, aunque es una posibilidad a la que nunca se ha recurrido.
Una vez formulados los candidatos, los electores pasarán al proceso de votación, que es secreto. Los votos se introducen en la denominada 'ensaladera', de la que saldrá el nombre del próximo presidente de la República italiana, que tendrá un mandato de siete años. Durante las tres primeras votaciones es necesaria una mayoría cualificada, con dos tercios de la Asamblea (637 votos), mientras que si se da una cuarta votación bastaría con una mayoría absoluta (505 votos).
NUMEROSAS QUINIELAS, NINGÚN CANDIDATO OFICIAL
En los últimos días se han sucedido las quinielas y listas de nombres en los medios italianos. Entre los más repetidos se encuentran los ex primeros ministros Giuliano Amato y Romano Prodi, el alcalde de Turín y líder de Demócratas de Izquierda, Piero Fassino, el presidente del Senado, Pietro Grasso, o el ex secretario general del PD Walter Vetroni. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Dragui, también aparece en la mayoría de pronósticos, aunque ha afirmado que la Presidencia italiana "no es su trabajo".
Entre las pocas mujeres que aparecen en las quinielas, cuya elección supondría un paso histórico, se encuentran la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Boldrini, y la exportavoz del PD en el Senado Anna Finocchiaro. Sin embargo, Renzi ha manifestado su disconformidad con la última, al afirmar que no le parecía una candidata "a la altura del puesto". Unas declaraciones que Finocchiaro calificó de "ataque miserable".
No obstante, ninguno de estos nombres ha sido confirmado por los partidos italianos. El motivo es el sistema de elección, que hace que las tres primeras votaciones se hagan sobre los denominados candidatos 'de bandera', viejas glorias de cada partido que no suelen salir elegidos al ser necesaria una mayoría cualificada. El objetivo sería llegar a la cuarta votación --en la que basta con una mayoría absoluta-- sin importantes conflictos políticos, para comenzar a barajar nombres concretos.
CANDIDATO DE CENTRODERECHA
Esto explicaría la polémica creada por el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, que lanzó el nombre de Antonio Martino, número dos de Forza Italia y ministro de Defensa durante el primer gobierno del 'Cavaliere'. Sin embargo, ni el propio Martino se dio por aludido: aseguró no saber "nada" y consideró estas declaraciones una "broma".
De hecho, Berlusconi y su antiguo 'delfín', el ministro del Interior, Angelino Alfano, se han comprometido tras reunirse esta semana a presentar un candidato conjunto del centroderecha italiano. "Hemos decidido unir fuerzas", aseguraron, precisando que su candidato será de perfil "moderado". Entre ambos sumarían 250 votos, aunque como el voto es secreto, nada puede darse por seguro.
RENZI SE COMPROMETE CON SU PARTIDO
El primer ministro, que cada vez cuenta con mayores voces críticas dentro de su formación, también se ha comprometido a convocar una reunión con sus miembros para alcanzar un acuerdo y un candidato común. El Partido Democrático tiene un peso importante en la votación, al sumar unos 450 votos, aunque seguramente Renzi no lo tendrá fácil.
"El nombre para el Quirinale --palacio presidencial-- lo quiero y debo acordar con la minoría. Para mí el método no cambia, incluso después del desencuentro sobre el Italicum", ha afirmado Renzi, que también ha tendido la mano al exsecretario general del PD Pier Luigi Bersani, uno de sus mayores críticos. "Quiero encontrar un nombre compartido con él", ha subrayado.
EL M5S PIDE MÁS "DEMOCRACIA" A RENZI
Por su parte, el polémico partido Movimiento 5 Estrellas (M5S) ha exigido a Renzi que dé a conocer los principales candidatos para poder realizar una votación entre sus simpatizantes y decidir de forma "más democrática" a quién votar. "Toc toc Renzi, hace falta un soplo de democracia", afirmó el líder de la formación, Beppe Grillo, en una publicación en su blog.
Grillo y su 'número dos', Gianroberto Casaleggio, han criticado que los nombres serán "decididos por dos personas", en referencia a Renzi y Berlusconi y su anterior 'pacto del Nazareno' del año pasado para aprobar reformas, un hecho criticado también desde el propio Partido Democrático.
Con este escenario, es previsible que durante los próximos días semanas en la vida política italiana --ya de por sí agitada-- se sucedan las declaraciones, reuniones y acusaciones hasta que dé comienzo el proceso de votación en el Parlamento.