WASHINGTON, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha telefoneado este martes a su homólogo filipino, Benigno Aquino, para expresar sus condolencias en nombre del pueblo estadounidense "por las vidas perdidas y los daños causados" por el supertifón 'Yolanda', que ha causado entre 2.000 y 2.500 muertos según las estimaciones oficiales.
"Obama ha debatido con Aquino la necesidad de una valoración rápida de los recursos estadounidenses que serían más útiles para ayudar a Filipinas en los esfuerzos de recuperación", ha indicado la Casa Blanca a través de un comunicado.
"En los próximos días Washington continuará trabajando con Filipinas para entregar tanta ayuda como podamos lo más rápido posible. Obama ha recalcado que los pensamientos y plegarias del pueblo estadounidenses están dirigidas a los millones de personas afectadas por esta devastadora tormenta", ha remachado.
Este mismo martes, Estados Unidos ha enviado un portaaviones al país con el objetivo de acelerar los procesos de rescate. Así, el 'USS George Washington' se unirá a los otros cuatro barcos de la Marina estadounidense que ha enviado al país afectado, según ha afirmado el Pentágono.
Las autoridades filipinas se han visto abrumadas por el supertifón, uno de los más potentes de la historia, que azotó este viernes Filipinas y que arrasó la ciudad de Tacloban, capital costera de la provincia de Leyte, donde se estima que unas 10.000 personas han perdido la vida, la mayor parte de ellas tragadas por una columna de agua similar a las producidas por los tsunamis.
Los suministros de salvamento han llegado a Tacloban en medio de calles atestadas de cadáveres y montañas de escrombros. Los equipos de rescate se han desplegado para cubrir otras ciudades y localidades que todavía están cortadas, donde podrían encontrarse muchas más víctimas.
Aquino ha declarado el estado de calamidad en todo el país y ha desplegado a cientos de sus soldados en la ciudad portuaria de Tacloban, donde vivían 220.000 personas y que ahora se ha convertido en una zona llena de cadáveres sin ninguna señal de Gobierno. Los trabajadores de la localidad y el personal hospitalario se ha centrado en buscar a sus familiares y en conseguir alimentos.
"Básicamente, la única rama del Gobierno que está trabajando en la zona es la militar", ha asegurado el capitán del Ejército filipino, Ruben Guinolbay. "Eso no es bueno. Se supone que no tenemos que hacernos cargo del Gobierno", ha agregado.
El Gobierno de Tacloban no ha sobrevivido a la tormenta, según ha informado el secretario de Interior, Manuel Roxas. Los altos cargos han muerto, están desaparecidos o demasiado débiles y afligidos para trabajar. De los 291 agentes de la localidad, sólo 20 se han mantenido en el servicio.
"Hoy hemos estabilizado la situación. No hay ningún caso de saqueo. El suministro de alimentos está llegando. Cada día llegarán más de 50.000 paquetes de comida, con los que se puede alimentar a una familia de cinco personas durante tres días", ha asegurado Roxas.
El secretario del Departamento de Bienestar y Desarollo, Corizon Soliman, ha asegurado que las ayudas ya han alcanzado a un tercio de las 45.000 familias de Tacloban. La mayor parte de las tiendas siguen cerradas, y muchas de ellas han quedado totalmente desprovistas o destrozadas debido a los saqueos.
"Los que abrieron (sus tiendas) vieron cómo sus bienes desaparecían de las estanterías enseguida", ha añadido Soliman.