"Si busco la reelección, podría ganar", bromeó el presidente en un reciente viaje a África
WASHINGTON, 16 Ago. (EDIZIONES) -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, encara ya la recta final de su segundo y último mandato consciente de que, en menos de año y medio, habrá abandonado la Casa Blanca y cedido su silla en el Despacho Oval a quien salga vencedor de las elecciones previstas para noviembre de 2016.
En una entrevista con el cómico Zach Galifianakis, Obama bromeó este año comparando su futuro político con la carrera interpretativa de su interlocutor. El mandatario aseguró que otros cuatro años más en la Casa Blanca "serían algo así como una tercera película de 'Resacón en las Vegas'". "No funcionó muy bien, ¿verdad?", bromeó.
Estados Unidos limita a dos el máximo de mandatos presidenciales --consecutivos o alternos-- en la Vigésimo Segunda Enmienda de la Constitución. "Ningúna persona podrá ser elegida para el cargo de presidente más de dos veces", reza en su inicio el artículo aprobado por el Congreso a mediados del siglo XX.
En julio, Obama utilizó este límite constitucional como ejemplo para los líderes africanos, a los que recomendó no aferrarse al puesto. El mandatario recurrió de nuevo a una broma para hablar de su hipotético e irrealizable tercer mandato: "Creo que soy muy buen presidente y que si busco la reelección, podría ganar".
Las encuestas, sin embargo, no dan la razón a sus chascarrillos. Un sondeo difundido esta semana por la Universidad de Monmouth recoge que sólo un 27 por ciento de los norteamericanos volverían a votar por Obama, mientras que un 65 por ciento prefiere a otro candidato.
La cifra de apoyo a este posible tercer mandato es inferior a la popularidad de la que goza actualmente Obama, según un resumen de encuestas recogido por Gallup y que sitúa en el 46 por ciento el respaldo social a la gestión del actual presidente.
VICEPRESIDENTE OBAMA
Con Obama fuera de juego, la lucha está abierta para determinar quién será su sucesor. Tanto los demócratas como los republicanos han abierto ya su calendario de primarias con la presentación de candidatos, si bien aún faltan meses para que se celebren las primeras votaciones y se comience a 'limpiar' la carrera --especialmente en el bando republicano--.
Uno de los nombres que suenan como potencial candidato demócrata es el del actual 'número dos' de Obama, Joe Biden. El vicepresidente aún no ha aclarado cuál será su futuro político y si finalmente decidirá retar a la favorita, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.
Aunque teóricamente Biden no podría elegir a Obama como su compañero de fórmula, de tal forma que intercambiasen los papeles a partir de enero de 2017, el 'Washington Post' ha especulado esta semana con esta posibilidad analizando al detalle el lenguaje constitucional.
La Décimo Segunda Enmienda establece que "ninguna persona que sea constitucionalmente inelegible para el cargo de presidente lo será para el de vicepresidente", lo que dejaría fuera de juego a Obama para volver a presentarse.
Sin embargo, el profesor de Derecho Constitucional Michael Dorf ha advertido de que la Constitución habla de límites para ser "elegido", no para presentarse. En Estados Unidos, el ciudadano no elige directamente a su presidente, sino que selecciona a los compromisarios del Colegio Electoral, el órgano en el que recae la decisión final.
Dorf ha advertido de que la cuestión de la elegibilidad para un determinado cargo no queda clara al cien por cien y ha apuntado que, en cualquier caso, la ley no impediría que Obama fuese el compañero de fórmula de Biden, independientemente de que luego pudiese ser o no investido.
Al margen de argucias legales, parece inviable que un presidente vuelva por la puerta de atrás a la residencia donde vivió durante ocho años y, si intentase hacerlo, podría encontrarse con el rechazo frontal de su propia ciudadanía. Las encuestas diagnostican una salud de hierro para el límite de mandatos en Estados Unidos.