ANKARA, 2 Nov. (Reuters/EP) -
La campaña política para las elecciones parlamentarias de Turquía, las cuales ha sido ganadas con mayoría por el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), fue parcial y estuvo dominada por el terror y la violencia, según han informado este lunes los observadores internacionales.
Según resultados no oficiales, el AKP, fundado por el presidente, Recep Tayyip Erdogan, se hizo con casi el 50 por ciento de los votos en las elecciones anticipadas, tras una campaña protagonizada por la violencia generalizada en el sureste del país, de mayoría kurda, y por la represión a los medios de comunicación críticos con el Gobierno.
Los responsables de la misión conjunta del Consejo de Europa y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) han explicado en una rueda de prensa que la violencia ha tenido un importante impacto.
Los observadores internacionales han señalado los ataques y la intimidación contra miembros del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), cuyo apoyo ha caido dos puntos con respecto a los comicios de junio.
"Desafortunadamente hemos llegado a la conclusión de que esta campaña ha sido parcial y ha estado caracterizada por demasiada violencia y miedo", ha explicado un diputado suizo y líder de la Asamblea Parlamentaria de la delegación del Consejo de Europa, Andreas Gross.
Los observadores internacionales han elogiado la alta participación electoral, pero han criticado la cobertura sesgada de la cadena de televisión nacional, TRT, y el ambiente deteriorado para los periodistas. "Es vital que el presidente trabaje hacia un proceso más inclusivo. Tiene que unir de nuevo lo que ha sido dividido en los últimos cinco meses", ha afirmado Gross.
ESTABILIDAD FRENTE A TERROR
De momento, ningún partido ha presentado quejas formales por los resultados, aunque el HDP ha asegurado que está planeando impugnar varios escaños. Los resultados oficiales se anunciarán en once días, con el objetivo de dar tiempo para que las quejas sean evaluadas.
El AKP perdió en junio su mayoría en las urnas. Los votantes esta vez parecen haber elegido la estabilidad tras meses de incertidumbre política, una ola de violencia entre el Ejército y los milicianos kurdos y dos atentados con bomba atribuidos a Estado Islámico, que se cobraron la vida de más de 130 personas.
Erdogan ha urgido a sus votantes a restaurar el país para que la formación gobernante mantenga la seguridad. Sus críticos le acusan de incitar deliberadamente el caos para asustar a los partidarios descontentos. Las relaciones de Turquía con la UE se han enfriado en los últimos años a causa de las acusaciones de que los Derechos Humanos han sido erosionados bajo el mandato de Erdogan.