MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
La oficina del primer ministro de Sudán, Abdalá Hamdok, ha advertido este martes de que la alternativa a su Gobierno son "las calles, las huelgas y la desobediencia", al tiempo que ha incidido en que su Administración es la "reconocida" por el pueblo sudanés y la comunidad internacional.
Hamdok fue detenido el lunes por militares en el marco de un golpe de Estado. Durante esta jornada, el presidente del Consejo Soberano de Sudán, Abdelfatá al Burhan, ha asegurado que el 'premier' sudanés se encuentra en su vivienda "por motivos de seguridad".
"El pueblo sudanés, la región y el mundo no aceptarán que vuelva un régimen islámico bajo ninguna circunstancia", ha señalado la oficina de Hamdok, que ha reclamado su "inmediata" liberación y la del resto de detenidos junto a él.
En este sentido, y subrayando que Hamdok "está protegido por su pueblo", su equipo ha sostenido que "dirigió una revolución pacífica a largo plazo" en la que "no se derramó ni una sola gota de sangre". Así, ha trazado un paralelismo con la situación actual, en la que las protestas tras la asonada se han saldado, hasta el momento, con al menos siete muertos, "la sangre honrada de los rebeldes pacíficos".
Asimismo, ha advertido de que la ciudadanía de Sudán y la comunidad internacional "no van a creer" a Al Burhan cuando dice que "protege la revolución" y al mismo Hamdok.
"Todos saben que la coalición que se está formando ahora para acabar con el país y la revolución sudanesa es una coalición que aparentemente tiene el liderazgo del Ejército", ha señalado, antes de apuntar a la presencia de "diversas milicias y brigadas en la sombra" como sus líderes. "Políticos con capacidad limitada y con intereses propios, pero dentro", ha incidido, antes de reconocer que, sin embargo, en el Ejército sudanés hay hombres "honorables"
"El mundo entero ha sido testigo de un engaño similar al perpetrado por el régimen de (el expresidente, Omar Hasán) Al Bashir (...) de que el golpe de Estado fue para salvar la patria", ha alertado. Así, la oficina de Hamdok ha trasladado su "confianza" en que el pueblo sudanés "no se detendrá" ante lo ocurrido.
El primer ministro fue detenido el lunes después de negarse a apoyar la asonada y después de que su vivienda fuera rodeada por militares, tras lo que el Gobierno denunció su "secuestro" y desveló que Hamdok había pedido a la población "ocupar las calles" para "defender la revolución".
Al Burhan, que ha dado una rueda de prensa para abordar la situación política en el país africano, ha defendido su decisión de disolver el Consejo Soberano de Transición y el Ejecutivo y ha denunciado que las fuerzas políticas "querían monopolizar" la transición, tras varias semanas de tensiones y acusaciones entre civiles y militares.
Sudán fue escenario a mediados de septiembre de un intento de golpe de Estado, según apuntaron las autoridades de transición, a cargo de un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas supuestamente vinculados con Al Bashir.
Las autoridades de transición fueron instauradas tras un acuerdo entre la junta militar anterior, surgida tras el golpe de Estado de 2019, y diversas organizaciones civiles y formaciones políticas opositoras. Este Gobierno ha iniciado una batería de reformas sociales y económicas y ha alcanzado un acuerdo de paz con importantes grupos rebeldes de Darfur y otras zonas del país.
Sin embargo, la intentona de septiembre derivó en un intercambio de críticas y acusaciones entre los elementos civiles y militares que ha ahondado la crisis política, incluidas peticiones por parte de Al Burhan para disolver el Gobierno, que han derivado en los últimos días en manifestaciones enfrentadas a favor de las autoridades de transición y el Ejército.