MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha confirmado este jueves que el nivel de tritio del agua contaminada y tratada procedente de la central de Fukushima, que ha comenzado la tercera fase de su vertido al mar, se encuentra "muy por debajo" del límite establecido y cumple, por ende, los estándares internacionales.
Así, la organización ha confirmado el inicio de esta tercera fase de este vertido de agua, que ha sido previamente tratada y purificada mediante el Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS), que permite eliminar las sustancias radiactivas en su práctica totalidad a excepción del tritio --un isótopo natural del hidrógeno--. Sin embargo, el sistema permite diluirlo para que los niveles de radiación cumplan con los estándares internacionales a pesar de las críticas de los países vecinos.
"La concentración de tritio en el tercer lote de agua tratada y diluida por ALPS que la compañía eléctrica japonesa Tokyo Electric Power Company (TEPCO) ha comenzado a verter hoy, está muy por debajo del límite operativo del país", han señalado los expertos del OIEA en un comunicado.
Estos expertos tomaron a principios de esta semana muestras de este tercer vertido para someterlas a un análisis independiente 'in situ' que ha confirmado que la concentración de tritio en el agua diluida está por debajo del límite. Además, ha indicado que las dos fases anteriores también se realizaron de acuerdo a los estándares.
La semana pasada, el Grupo de Trabajo del OIEA encargado de la revisión de las cuestiones de seguridad en torno al vertido afirmó que el plan avanzaba "según lo previsto y sin problemas técnicos".
El ALPS es un sistema de bombeo y filtración que utiliza una serie de reacciones químicas para eliminar decenas de radionucleidos del agua contaminada. El plan para verter este agua al mar llega doce años después de que se produjera la catástrofe nuclear de 2011 en la central.
La liberación de estas aguas, que apremia ante la falta de capacidad de almacenamiento en los tanques de la planta, ha suscitado la polémica a nivel nacional y regional desde que así lo anunciara el Gobierno en abril de 2021, si bien los expertos insisten en que es indispensable para sacar adelante las labores de reconstrucción de la central y minimizar el riesgo de que se produzcan nuevos accidentes nucleares.