MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha alertado este martes de que al menos 14.500 migrantes etíopes están varados en Yemen por las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus, lo que les hace más vulnerables a sufrir episodios de violencia y exclusión.
Las rutas a través de Yemen, un importante país de tránsito en la ruta migratoria del Cuerno de África y el Golfo Pérsico, están bloqueadas y se está transfiriendo a los migrantes a la fuerza entre las diversas provincias. Los migrantes varados están repartidos entre Adén, Marib, Lahj y Saada, ha puntualizado la OIM.
Así, y como reacción a la pandemia, los migrantes en Yemen han sufrido acoso verbal y físico, un aumento de sus detenciones, restricciones de movimiento y desplazamientos forzosos a zonas alejadas de los principales centros o servicios urbanos. Esto se suma a los abusos que ya sufren muchos de ellos a manos de contrabandistas y traficantes, entre ellos la explotación y la tortura.
"Durante casi seis años, Yemen ha sido un lugar extremadamente inseguro para ser un migrante", ha lamentado la jefa de la Misión de la OIM en Yemen, Christa Rottensteiner. "La COVID-19 ha hecho esta situación peor, los migrantes son los chivos expiatorios como portadores del virus y, como resultado, sufren exclusión y violencia", ha agregado.
Dereje, un migrante etíope varado en Adén que duerme sobre un cartón al lado de la carretera, ha relatado a la OIM que le "robaron el teléfono, el dinero, la ropa y los zapatos por la noche, pero los yemeníes nos dan dinero para comprar comida y agua".
A su llegada, explica, fue retenido por traficantes durante dos meses, mientras le torturaban y extorsionaban a su familia en Etiopía para cobrar un rescate. Llegó a Saada finalmente, pero fue trasladado a Adén de forma forzosa.
La mayoría de los migrantes varados duermen a la intemperie o en edificios abandonados poco seguros, como Dereje. Esta circunstancia les expone más a contraer la COVID-19.
Tienen, además, poco acceso a servicios básicos, como alimentos, agua potable o atención médica, lo que preocupa debido a lo extendido que está el coronavirus en Yemen, un país que únicamente cuenta con el 50 por ciento de los centros de salud plenamente funcionales.
"Los migrantes varados deben recibir atención sanitaria y otros servicios vitales. La OIM está prestando esta asistencia siempre que es posible, pero nuestro llamamiento para la crisis de Yemen en 2020 tiene un alarmante déficit de financiación del 50 por ciento, lo que afecta en gran medida a nuestra capacidad de apoyar a las comunidades vulnerables", ha señalado Rottensteiner.
A principios de 2020, la OIM pidió 155 millones de dólares para apoyar a más de 5,3 personas hasta finales de 2020. Sin fondos, más de 2,5 millones de yemeníes desplazados y migrantes se quedarán sin asistencia para hacer frente a las consecuencias derivadas del conflicto en el país y al empeoramiento causado por la pandemia del coronavirus.
UN RETORNO SEGURO
"Todos estamos cansados. Es difícil dormir en la acera en la suciedad y la lluvia, con coches pasando. A veces la gente viene y nos patea o nos golpea con palos mientras intentamos dormir. Me equivoqué al venir aquí. Todos queremos volver a casa", ha lamentado Dereje.
"Los migrantes en Yemen viven con miedo. Estamos recibiendo un aumento de las solicitudes de asistencia de retorno, que la OIM no puede proporcionar debido a las restricciones de viaje de la COVID-10", ha confirmado Rottensteiner. "En última instancia, se debe facilitar el retorno seguro y digno de cualquier migrante desamparado que lo solicite", ha aseverado.