Actualizado: viernes, 19 febrero 2016 21:48


AL FASHIR (SUDÁN), 19 (Reuters/EP)

Una ola de ataques ha forzado a unas 73.000 personas a abandonar sus casas en la región sudanesa de Darfur, donde las milicias armadas han llegado a abrir fuego "indiscriminadamente" contra la población, según han relatado testigos.

Aunque la violencia se ha reducido en la última década, la insurgencia persiste en Darfur y el Gobierno sudanés ha intensificado sus ataques contra los grupos rebeldes. Cientos de miles de personas han quedado atrapadas en zona de conflicto.

"Las milicias nos impedían salir y se llevaron todas nuestras pertenencias", ha relatado Adam Ishaq, un ganadero de 42 años que huyó de un asalto en la región de Jebel Marra. Hasta 40 camiones llegaron a su pueblo con hombres armados que abrieron fuego "indiscriminadamente".

Ishaq llegó a Kabkabiya, en la parte norte de Darfur, hace 24 días, pero ha recibido "muy poca ayuda". "Tenemos hambre y miedo", ha denunciado en declaraciones telefónicas.

Otros, como Taher, continúan "atrapados" sin comida en Jebel Marra. "Todas las carreteras están cortadas por los milicianos y arriesgamos la vida si decidimos salir", ha explicado Taher, que ha confirmado los saqueos de pueblos cercanos y los constantes disparos en la zona, donde "nadie ofrece ayuda".

FALTA DE AYUDA

La nueva ola de desplazados ha añadido un nuevo capítulo a un conflicto que, desde 2003, ha obligado a más de 2,5 millones de personas a abandonar sus hogares y ha dejado 300.000 muertos.

Uno de los coordinadores de un campamento en Darfur Central, Al Shafea Abdalá, ha reconocido que "es una difícil situación para los desplazados", ya que apenas existe asistencia incluso para quienes deciden buscar ayuda oficialmente.

Muchas de las personas huídas, de hecho, han optado por escapar a las montañas y viven en "condiciones peligrosas" y con un "constante miedo", según familiares con los que ha contactado la agencia de noticias Reuters.

La ONU ha confirmado que suministra comida, agua, medicinas y sumplementos nutricionales a los nuevos desplazados. La coordinadora humanitaria Marta Ruedas ha subrayado que Naciones Unidas y sus aliados tienen "equipos sobre el terreno" que evalúan constantemente las necesidades.

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