MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que la situación en Sudán a causa de la guerra entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) ha alcanzado "niveles muy graves" y ha subrayado que el país hace frente a "una crisis humanitaria catastrófica" que ha afectado a seis países de la región.
El director regional del organismo para el Mediterráneo Oriental, Ahmed al Mandhari, y la directora regional para África, Matshidiso Moeti, han resaltado en un comunicado conjunto que los combates "siguen arrebatando vidas, forzando a la gente a huir de sus hogares y de su país y dejando a personas atrapadas con acceso limitado a servicios esenciales, incluidos los de salud".
Así, han recalcado que 24 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, incluidos 2,6 millones de desplazados internos, mientras que más de 750.000 personas han huido de Sudán, unas cifras que "crecen cada día" ante la falta de acuerdo para poner fin al conflicto, que estalló el 15 de abril por las diferencias sobre el proceso de reintegración de las RSF --ahora declaradas como un grupo rebelde-- en las filas de las Fuerzas Armadas.
En esta línea, han reseñado que "más del 67 por ciento de los hospitales del país están fuera de servicio" y han apuntado al número "creciente" de informes sobre ataques contra centros de salud, incluidos 51 que han sido verificados por la OMS entre el 15 de abril y el 24 de julio, que han dejado diez muertos y 24 heridos.
"Es una tragedia y motivo de indignación que en medio del ahondamiento de esta crisis los combatientes sigan atacando a instalaciones y trabajadores médicos, negando servicios vitales a civiles inocentes cuando están en su momento de mayor vulnerabilidad", han criticado Al Mandhari y Moeti.
"Cuando hay guerra, las mujeres y los niños pagan siempre un alto precio", han lamentado, antes de mostrar su "consternación" por las informaciones sobre violencia sexual y de género contra mujeres y niñas. "Hoy, más de cuatro millones de mujeres y niñas están en riesgo de violencia sexual y de género y deben ser protegidas a toda costa", han subrayado.
Asimismo, han alertado del aumento de los brotes de enfermedades como la malaria, el sarampión o el dengue, debido al impacto del conflicto sobre el sistema sanitario sudanés, una situación que podría empeorar ante la llegada de la temporada de lluvias.
Por ello, han incidido en que "la situación actual, sin una expectativa inmediata para la paz, sólo complica el acceso y la entrega de ayuda humanitaria", al tiempo que han añadido que los refugiados hacen frente también a una situación "precaria" en los países a los que han llegado huyendo de la violencia en Sudán.
"El acceso a los servicios sanitarios varía ampliamente. Muchas zonas fronterizas donde se han asentado están en áreas remotas con sistemas sanitarios limitados o débiles, incluido un número inadecuado de trabajadores sanitarios", han manifestado, antes de incidir en que República Centroafricana (RCA), Chad, Etiopía y Sudán del Sur ya acogían antes a un gran número de desplazados.
Por ello, han reseñado que "la OMS está haciendo todo lo posible para dar servicios sanitarios esenciales" y han apuntado que los trabajadores del organismo "trabajan de forma incansable". "Estamos trabajando con socios en el país y más allá de las fronteras para garantizar que los suministros médicos vitales, necesitados con urgencia, son entregados a los que los necesitan y que el sistema de vigilancia se fortalece para detectar brotes de enfermedades y permitir una respuesta rápida", ha argüido.
"Estamos del lado del pueblo de Sudán y estamos comprometidos a quedarnos y entregar ayuda vital a pesar de los graves desafíos que dificultan nuestra respuesta", han dicho. "Pedimos que se proteja a civiles, trabajadores humanitarios, instalaciones sanitarias, personal y pacientes, cuya seguridad debe ser respetada por todas las partes en conflicto", han zanjado.
La guerra ha dejado hasta el momento más de 1.100 muertos, según el Ministerio de Salud sudanés, pero las cifras reales podrían ser mucho más elevadas teniendo en cuenta la violencia intercomunitaria desencadenada en las regiones de Kordofán y Darfur.