BRUSELAS 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
El acuerdo alcanzado por la Unión Europea y Turquía para frenar la llegada de inmigrantes y refugiados ha sido cuestionado por organizaciones defensoras de Derechos Humanos como Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW) y Médicos Sin Fronteras (MSF), que critican sus implicaciones tanto legales como morales.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han pactado un programa para deportar a Turquía a "todos los inmigrantes" --incluidos los demandantes de asilo sirios--, que lleguen a través de este país. A cambio, los Estados miembro deben reubicar a un número equivalente de refugiados asentados ya en Turquía.
La responsable de Amnistía para Instituciones Europeas, Iverna McGowan, considera que el acuerdo ha rebajado a los líderes de las dos partes "a un nuevo mínimo" al no tener en cuenta "los derechos y la dignidad de algunas de las personas más vulnerables del mundo". "La idea de intercambiar refugiados por refugiados no es sólo deshumanizante, sino que tampoco ofrece una solución sostenible a largo plazo a la actual crisis humanitaria", ha advertido McGowan.
El mensaje también es compartido por el experto en derechos de los refugiados de HRW Bill Frelick, quien ha criticado que los refugiados terminen siendo "fichas de cambio". En este sentido, ha subrayado que "la integridad del sistema de asilo de la UE y la integridad de los valores europeos están en juego".
OTRAS IMPLICACIONES
Las organizaciones han incidido, además, en el trasfondo legal de este acuerdo, que pasa por utilizar para el caso de Turquía el concepto de "tercer país seguro". Amnistía ha advertido de que esta catalogación implica una merma en los derechos de cada ciudadano a que sus solicitudes de asilo sean procesadas de forma justa y puede derivar en deportaciones al país de origen.
McGowan ha recordado informes de la ONG en los que se demuestra que "Turquía ha devuelto forzosamente a Siria a refugiados". Además, ha añadido, muchos de los sirios que han huido a territorio turco "viven en condiciones desesperadas", sin acceso a servicios básicos como refugio o educación.
La responsable de Amnistía también ha apuntado que el 90 por ciento de quienes busca un futuro en Europa proceden de Siria, Irak y Afganistán. "Enviarlos de vuelta a Turquía a sabiendas de que su llamamiento de protección internacional nunca será atendido demuestra que los llamamientos de la UE para que se respeten los derechos de los refugiados son palabras vacías", ha lamentado McGowan.
Por su parte, el portavoz de HRW ha denunciado que la UE y Turquía no aclaran cómo se garantizará la "protección internacional" a la que tienen derecho los refugiados durante las "expulsiones masivas aceleradas", lo que implica, a su juicio, una "contradicción fundamental".
Frelick ha recriminado también a los líderes de la UE que "cierren sus fronteras" sin tener en cuenta el impacto que puede tener en el linde entre Turquía y Siria, que ha permanecido "cerrada" para decenas de miles de sirios que han huido de la ofensiva militar en la provincia de Alepo.
SENTIDO DE LA REALIDAD
El responsable de Relaciones Externas de Médicos Sin Fronteras (MSF), Carlos Ugarte, ha criticado en un comunicado el "cinismo" de los líderes europeos, que "han perdido por completo el sentido de la realidad" con el polémico acuerdo.
Ugarte ha reprochado el "burdo cálculo" que reduce a las personas a "meros números" y que, en la práctica, implica negarles un "trato humano" e incumplir "su derecho a buscar protección". Europa, ha añadido, "está dispuesta a hacer cualquier costa (...) para detener el flujo de refugiados y migrantes".
"En Idomeni, donde nuestros equipos llevan sustituyendo las responsabilidades europeas durante casi un año, vemos las consecuencias de estos cálculos poco realistas e inhumanos para con las vidas y la salud de las personas", ha agregado Ugarte, en alusión al punto fronterizo entre Grecia y Macedonia.
El portavoz de MSF ha insistido en que estas familias "no son números", sino que en un 88 por ciento de los casos huyen de zonas en conflicto y, por tanto, "deben ser tratados con humanidad y con pleno respeto a sus derechos y dignidad".
Según Ugarte, "ha llegado la hora de que los líderes europeos dejen de alimentar una crisis que han contribuido a crear con sus propias políticas y proporcionen la única respuesta realista y humana: una vía segura y legal y protección y asistencia humanitaria a quienes la necesitan".