LONDRES, 13 Ago. (Reuters/EP) -
La tortura de la minoría tamil en Sri Lanka a manos de la Policía y el Ejército sigue siendo un importante problema seis años después de que terminase la guerra civil en el país, ha denunciado Freedom from Torture, una organización benéfica que proporciona atención médica a los supervivientes.
Según un informe publicado por esta organización con sede en Reino Unido, Sri Lanka fue, en 2014, por tercer año consecutivo, el principal país de origen de las personas que atendió. Los datos se basan en las pruebas médicas realizadas a 148 ceilandeses torturados, de los cuales el 94 por ciento eran tamiles. Todas las víctimas de tortura entre 2009 y 2013 en Sri Lanka fueron golpeadas, algunas con tuberías llenas de cemento o con culatas de pistólas, ha criticado Freedom from Torture.
Casi el 80 por ciento han sido quemadas con cigarros o con piezas calientes de metal y el 71 por ciento ha sufrido abusos sexuales. Algunos fueron sometidos a ahogamiento simulado o asfixiados con el humo de fogatas o de gasolina, según la investigación.
"A pesar de que la guerra civil terminó en mayo de 2009, la tortura ha continuado en Sri Lanka cada año hasta ahora", ha alertado la directora de política y defensa de Freedom from Torture, Sonya Sceats. "Como organización hemos seguido recibiendo un número cada vez mayor de quejas de ceilandeses y, de hecho, tenemos un par de casos de tortura este año tras el cambio de presidente", ha añadido.
LOS TIGRES TAMIL, CON MAYOR RIESGO
Sceats ha advertido de que los tamiles vinculados a los separatistas o que se cree que colaboraron con el grupo --incluso aunque no fuesen combatientes en primera línea de fuego, pero suministrasen medicinas o comida durante la guerra-- "se encuentran en serio riesgo de tortura en Sri Lanka".
Más de una tercera parte de los casos de tortura están relacionados con personas que han vuelto a Sri Lanka desde Reino Unido tras el fin de la guerra. "En estos 30 años, no hemos visto nada igual en términos de número de personas que han sido torturadas después de volver de Reino Unido a un país en particular", ha lamentado Sceats.
Un tamil de 25 años fue detenido en el aeropuerto de Colombo, la capital de Sri Lanka, al llegar desde Reino Unido y fue interrogado durante horas sobre una manifestación en contra del Gobierno a la que había asistido en Londres. Según su testimonio, después fue encerrado en prisión y golpeado en repetidas ocasiones durante 13 días hasta que su familia pagó un soborno para sacarlo.
"Me golpearon todos los días que estuve en esa cárcel. Estaba atado por los tobillos y colocado desnudo boca bajo. Me pegaron con alambres de acero y tubería de plástico llenos de arena", ha asegurado. "Me metieron la cabeza bajo agua hasta que me ahogué y me asfixié. También me metieron la cabeza en bolsas llenas de petróleo hasta que me desmayé. Además, abusaron sexualmente de mí", ha concluido.
El chico había luchado antes para el LTTE y había sido capturado y hecho prisionero por las fuerzas gubernamentales, antes de que fuese a Reino Unido con un visado de estudiante después de la guerra.
COINCIDIENDO CON LAS ELECCIONES
"Todo esto se abordará después de que se termine el informe final de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones", ha asegurado el primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wikremesinghe, refiriéndose a la investigación de la ONU sobre las atrocidades de la guerra civil, cuya publicación se ha retrasado hasta después de las elecciones presidenciales que tendrán lugar del 17 de agosto.
El estudio se ha emitido días antes de los comicios de la próxima semana en las que Mahinda Rajapaksa, quien fue presidente del país durante el conflicto, espera recupera el poder. Ocho meses después de que fuese destituido como líder de la nación, Rajapaksa está desafiando a la colación reformista que reemplazó su Ejecutivo y que goza de un amplio apoyo entre las minorías tamil y musulmana de Sri Lanka.
En enero, el presidente, Maithripala Sirisena, derrotó a Rajapaksa, quien en 2009 se ganó el apoyo de la mayoría cingalesa del país al reprimir a los rebeldes separatistas de Los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE, en sus siglas en inglés), un grupo armado con una trayectoria de 26 años.
Rajapaksa, acusado por algunos de brutalidad y de abusos cuando estuvo en el poder, ahora concentra sus esfuerzos en convertirse en primer ministro --un puesto que tiene más poderes tras las reformas a la Constitución--.
Freedom from Torture ha tratado a unas 1.000 personas. Sus doctores evalúan las quejas de tortura mediante las evidencias físicas y psicológicas. Si se confirman, sus informes son presentados al Ministerio de Interior británico para apoyar la petición de asilo del superviviente.