Al menos 50 personas murieron el jueves en las manifestaciones de protesta contra la prolongación del periodo de transición
MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) ha asegurado que "centenares" de detenidos el pasado jueves durante las protestas contra el presidente de Chad, Mahamat Idriss Déby, han sido "deportados" hacia el norte del país sin destino conocido.
La FIDH especula con que los detenidos podrían ser trasladados a la prisión de Koro Toro, tras recoger testimonios en una aldea que se encuentra entre Yamena y Koro Toro.
"Estamos abrumados por los testimonios de los padres en Moussoro. Vieron varios vehículos que transportaban a entre 500 y 1.000 personas siendo deportados a un destino desconocido en violación de todas las leyes nacionales e internacionales ratificadas por Chad", ha afirmado el responsable de la ONG e histórico activista de los Derechos Humanos en Chad, Dobian Assingar.
Assingar ha pedido medidas para que la situación no degenere. "Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que tome en serio lo que está sucediendo en el país. Las autoridades, el Gobierno, el presidente de la Transición, el primer ministro de la Transición, todos deben desempeñar plenamente su papel de verdaderos líderes, porque mañana, si las cosas salen mal, se encontrarán ante la justicia internacional", ha advertido.
El ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno chadiano, Aziz Mahamat Saleh, confirma que se han producido "varias decenas" de detenciones, aunque no ha concretado el número exacto. Por otro lado, niega que estas personas detenidas hayan sido enviadas a la cárcel de Koro Toro.
"Venimos de un diálogo en el que la cuestión de la justicia estaba en el centro del debate", ha recordado el ministro. "No creo que este sea el momento de permitirse prácticas de otra época. Por el momento, es necesario concretar responsabilidades, realizar detenciones selectivas de quienes hayan cometido los hechos y ponerlos a disposición de la justicia", ha apuntado.
REPRESIÓN SIN PRECEDENTES
El jueves, los manifestantes salieron a la calle para protestar por la prórroga de dos años del período de transición política y el mantenimiento en el poder de Mahamat Idriss Déby, hijo del expresidente. El balance de la represión se cifra en unos cincuenta muertos y unos 300 heridos, especialmente en Yamena, Mundu y Kumra, según el nuevo jefe de Gobierno, Salé Kebzabo.
"Esta es una de las peores represiones que hemos presenciado durante muchos años en el África francófona. Podemos hablar de una masacre", ha apuntado el secretario ejecutivo de la ONG Turn the page, Laurent Duarte.
"Idriss Déby padre ya hacía lo mismo. Es decir, que cada vez que había tensiones políticas organizábamos grandes diálogos que permitían cooptar, comprar a parte de la oposición y dar un barniz democrático", ha afirmado Duarte. "Hoy está muy claro que la mejor manera de mantenerse en el poder en Chad es disparar a los oponentes", ha añadido.
También la Asociación Chadiana para la Promoción de los Derechos Humanos (ATPDH, por sus siglas en francés) ha denunciado la represión de las fuerzas de seguridad y defensa y ha anunciado que ha comenzado a trabajar para recopilar pruebas para presentar una denuncia a nivel internacional.
El presidente de la Comisión de la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC), el angoleño Gilberto da Piedade Verissimo, ha iniciado este sábado en Yamena una misión para evaluar la situación. Da Piedade ha visitado algunos de los lugares escenario de los disturbios y se ha reunido con el primer ministro, Saleh Kebzabo.
PISTOLEROS VESTIDOS DE CIVIL
El ministro de Comunicación de Chad, Aziz Mahamat Saleh, ha confirmado que "personas vestidas de civil" llegados en vehículos abrieron fuego contra la multitud durante las manifestaciones. "Hubo ataques deliberados y fue insurreccional. El objetivo era tomar el poder por todos los medios, con absolutas ganas de que hubiera sangre", ha apuntado.
Saleh ha señalado al opositor Succs Masra, presidente del partido Los Transformadores, de haber hecho un llamamiento a tomar las armas, aunque no descarta que pudieran ser simpatizantes del propio régimen.
Entre las cincuenta víctimas identificadas, "no menos de quince" miembros de la policía fueron asesinados cuando intentaban defender los lugares donde se encontraban de servicio, ha destacado.