MADRID 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
El responsable del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en la localidad bangladeshí de Cox's Bazar, John McKissick, ha acusado al Gobierno de Birmania de estar cometiendo una "limpieza étnica" contra los musulmanes rohingya que, durante las últimas semanas, han estado huyendo del convulso estado de Rajine hacia el país vecino.
"Birmania quiere (llevar a cabo) una limpieza étnica de la minoría rohingya de su territorio", ha señalado McKissick durante una entrevista con la británica BBC.
El responsable de ACNUR en la zona ha asegurado que el Ejército ha estado "matando" a los rohingya en Rajine, y obligando a muchos de ellos a huir hacia Bangladesh, en el marco de las operaciones iniciadas desde que el pasado 9 de octubre se registraran varios ataques que acabaron con la muerte de nueve guardias fronterizos.
No obstante, el Gobierno niega estar cometiendo atrocidades en esta región, e incluso se ha mostrado "muy, muy decepcionado" con estos comentarios.
De hecho, rechazó rotundamente las acusaciones realizadas por Human Rights Watch (HRW) en un informe en el que señalan que el Ejecutivo está detrás de la quema de viviendas de musulmanes de la minoría rohingya en el país.
La ONG divulgó una serie de imágenes por satélite que muestran más de 400 viviendas de esta minoría arrasadas por las llamas en lo que parece un nuevo episodio de la campaña de persecución y abusos liderada por las autoridades birmanas.
En este contexto de violencia, el Ejército se ha desplegado por el norte de Rajine, cerca de la frontera con Bangladesh, bloqueando el acceso a la zona a los trabajadores y a la mayoría de los periodistas.
Según McKissick, los esfuerzos por resolver esta cuestión deben enfocarse en buscar la "raíz" del problema. "Las fuerzas de seguridad birmanas han estado matando hombres, disparando contra ellos, asesinado niños, violando a mujeres, quemando viviendas y obligándolos a cruzar el río" hacia Bangladesh, ha relatado.
"Ahora es muy difícil para el Gobierno bangladeshí decir que la frontera está abierta, porque esto impulsaría a Birmania a continuar con sus atrocidades y empujar (a los rohingya) hasta conseguir su objetivo final, que es una limpieza étnica de esta minoría en Birmania", ha denunciado.
Según el departamento de la Comisaría de Repatriación de Refugiados Rohingya (CRRR), cerca de 250.000 rohingya entraron en Bangladesh en 1978 huyendo de la 'Operación Dragón' llevada a cabo por el Gobierno birmano, una operación cuyo objetivo era evaluar la situación de los habitantes en zonas fronterizas y tomar medidas contra los extranjeros que habían entrado de forma ilegal en el país. Esta operación acabó con la expulsión y detención masiva de rohingya, a los que no se consideraban ciudadanos.
Entre 1991 y 1992 la ola fue similar: otros 250.000 musulmanes entraron a Bangladesh a través de las fronteras de Cox's Bazar y Bandarban, donde el Gobierno levantó 21 campamentos temporales para ellos.
La rohingya es una de las minorías más perseguidas del mundo. Desde 1978, los rohingya han ido llegando a Bangladesh en varias oleadas, huyendo de la represión en su Birmania natal.
SUU KYI, DESAPARECIDA
En este contexto, McKissick ha asegurado que la Premio Nobel de la Paz y líder en la sombra del Gabinete birmano, Aung San Suu Kyi, que lleva varias semanas sin hacer actos ni declaraciones ante la prensa, se encuentra en una "posición delicada" porque, si bien es la líder 'de facto' del país, la Seguridad de Birmania corre a cuenta de las fuerzas armadas autónomas.
Así, ha explicado que si Suu Kyi cede a la presión internacional y lanza una investigación sobre los supuestos abusos en Rajine, se arriesga a que se fracture su relación con el Ejército, lo que podría perjudicar la estabilidad de su Gobierno.
De hecho, en la única ocasión que se ha visto obligada a comentar la actuación militar en este estado, ha asegurado que el operativo se está llevando a cabo "acorde a la Ley".
Si bien desde diferentes partes del mundo se está exigiendo algún tipo de acción para defender a los rohingya, pocos birmanos sienten simpatía por esta minoría.
De hecho, las operaciones de Rajine cuentan con un aparente apoyo popular dentro del país, por lo que Suu Kyi no está sometida a ninguna presión a nivel nacional.
Por su parte, el portavoz de la Presidencia de Birmania, Zaw Htay, ha asegurado que McKissick "debería mantener su profesionalidad y su ética" como miembro de la ONU "porque sus comentarios sólo son acusaciones".
"Sólo debería hablar en base a pruebas concretas y firmes (recabadas) en el terreno", ha advertido.
Este mismo miércoles, Bangladesh ha convocado al embajador de Birmania, Myo Myint Than, para expresarle la preocupación de su Gobierno por el deterioro de la situación en el convulso estado de Rajine y por el flujo de musulmanes rohingya que la violencia en esta zona está provocando hacia suelo bangladeshí.