MADRID, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha acusado a las fuerzas de seguridad de Sri Lanka de seguir cometiendo violaciones y torturas contra la población civil, ocho años después del final de la guerra en 2009, que concluyó con una serie de atrocidades que todavía no han sido debidamente investigadas por las autoridades.
"Todavía persisten denuncias de tortura, detenciones arbitrarias y de negligencia policial a la hora de respetar las normas", según el informe dado a conocer este viernes por el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Raad al Husein.
En un comunicado, el máximo responsable de la ONU en la supervisión de los Derechos Humanos instó al "gobierno de Sri Lanka a conceder a la justicia las mismas prioridades que a la reconciliación nacional" y a las autoridades "a todos los niveles" que den públicamente instrucciones a todas las ramas del Ejército, de la Policía y de los servicios de Inteligencia para prohibir inequívocamente la violencia sexual, la tortura y otras violaciones de los Derechos Humanos".
"Las políticas partidistas no han hecho más que alimentar las dudas a la hora de abordar cuestiones relativas a la rendición de cuentas, o a la hora de articular una posición única. Por ello, lo único que hemos escuchado en materia de reconciliación han sido mensajes confusos y, en ocasiones, contradictorios", según el informe que será presentado en Ginebra el próximo 22 de marzo.
De hecho, la Comisión asegura que todavía circulan por el país las temidas 'furgonetas blancas', donde los ciudadanos son introducidos a la fuerza por escuadrones de la muerte que torturan y asesinan a la gente, según informes "creíbles y procedentes de organizaciones pro Derechos Humanos de buena reputación".
Al Husein lamentó igualmente que la investigación sobre las atrocidades del fin de la guerra civil --donde el Ejército ceilandés bombardeó un corredor humanitario abarrotado de civiles empleados como escudos humanos por los rebeldes tamiles; un acto en el que podrían haber muerto decenas de miles de personas en tiempo récord -- todavía no ha arrojado resultados.
El primer ministro del país, Ranil Wickremesinghe, prometió el pasado mes de enero la creación de una comisión especial con equipo internacional para garantizar la independencia del proceso.