Los investigadores de la ONU advierten de que constituye un "crimen de guerra"
GINEBRA, 14 (Reuters/EP)
La Comisión de Investigación Independiente Internacional de la ONU ha acusado a la Fuerza Aérea siria de haber bombardeado de forma intencionada las fuentes de agua en diciembre, un crimen de guerra que dejó sin agua a unos 5,5 millones de personas en Damasco y los alrededores.
La Comisión ha asegurado, además, que no ha encontrado pruebas de que haya habido una contaminación o destrucción deliberada de la red de suministro de agua por parte de grupos armados, una acusación lanzada por el régimen que preside Bashar al Assad en esas fechas.
Los rebeldes habían controlado las fuentes del valle de Wadi Barada, al noroeste de Damasco, desde 2012 y se enfrentaron a una gran ofensiva por parte de las fuerzas gubernamentales sirias y sus aliados, pese a un acuerdo de alto el fuego. Finalmente, los insurgentes se retiraron a finales de enero.
La comisión, encabezada por el brasileño Paulo Pinheiro, ha señalado que no hay información de personas que hubieran sufrido por contaminación del agua antes del 23 de diciembre, cuando la Fuerza Aérea siria golpeó la fuente de Al Fija con al menos dos bombardeos aéreos.
"Aunque la presencia de combatientes de un grupo armado en la fuente constituía un objetivo militar, los amplios daños infligidos a la fuente tuvieron un impacto devastador en más de cinco millones de civiles tanto en zonas bajo control gubernamental como de la oposición, que se vieron privadas de acceso regular a agua potable durante más de un mes", según el informe de la comisión.
"El ataque equivale al crimen de guerra de atacar objetos indispensables para la supervivencia de la población civil y viola el principio de proporcionalidad en los ataques", ha sostenido la comisión de investigación.
Las conclusiones de la comisión se basan en entrevistas con residentes e imágenes de satélite, así como información disponible para el público en general.
El informe, que cubre el periodo entre el 21 de julio de 2016 y el 28 de febrero de 2017 se conoce menos de dos semanas después de que la comisión dijera que la aviación siria había bombardeado deliberadamente un convoy con ayuda humanitaria, matando a catorce cooperantes, en septiembre de 2016.
En otro incidente separado, aviones --probablemente sirios o rusos-- bombardearon la sede de la Media Luna Roja Siria en la ciudad de Idlib, según el informe publicado este martes.
La comisión también ha documentad el uso de gas de cloro letal en múltiples ocasiones por fuerzas gubernamentales y progubernamentales, en los suburbios de Damasco y la provincia de Idlib. Según el informe, no hay pruebas de la implicación rusa en los ataques con gas de cloro.