NUEVA YORK, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
El jefe de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas, Stephen O'Brien, ha denunciado la "catástrofe humanitaria" en Alepo, agravada por la nueva ofensiva del régimen sirio y sus aliados rusos, y ha advertido de que los crímenes de guerra cometidos en esta ciudad serán juzgados "algún día".
"El pueblo de Siria, y más inmediatamente el pueblo del este de Alepo, es víctima de todo tipo de necesidades, de hambre y de muerte en número crecientes y con una ferocidad también en aumento", ha denunciado O'Brien ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
"Y esto no es un resultado impredecible de fuerzas que escapan a nuestro control. Esto se debe a la acción de las partes en conflicto y es resultado directo de la inacción --por falta de voluntad o por incapacidad-- de la comunidad internacional", ha enfatizado.
O'Brien ha indicado que desde el pasado 22 de septiembre, cuando el Gobierno de Bashar al Assad, apoyado por Rusia, retomó la ofensiva sobre el este de Alepo --zona rebelde--, más de 300 civiles han muerto y más de 700 han resultado heridos. Entre los fallecidos hay 100 niños. "Esto no son solo cifras, son personas, familias, vidas que colectivamente hemos fracasado en salvar", ha subrayado.
En concreto, ha reprochado el supuesto uso de bombas antibúnquer y los ataques contra infraestructuras civiles, tales como hospitales, plantas potabilizadoras y almacenes de organizaciones humanitarias, algo prohibido en todo caso por el Derecho Internacional.
O'Brien ha aclarado que el este de Alepo "no está al borde del precipicio, sino que está en un terrible descenso inmerecido por el abismo de una catástrofe humanitaria como ninguna que hayamos visto", ni siquiera en Siria.
La zona rebelde de Alepo, ha relatado, sufre un auténtico sitio que ha dejado atrapados a cientos de miles de civiles que, a pesar de los supuestos corredores humanitarios creados por Rusia, no pueden salir por "la práctica medieval" de los francotiradores.
La destrucción causada por los bombardeos y el cerco impuesto a Alepo han hecho que se multipliquen las muertes por enfermedades y hambre. Según O'Brien, la ciudad solo tiene raciones de comida suficientes para alimentar a 40.000 personas durante un mes.
Por ello, ha insistido en la necesidad de declarar al menos una tregua de 48 horas para llevar ayuda humanitaria a Alepo y ha reclamado al Gobierno sirio que responda de una vez por todas a la petición cursada por la ONU el pasado 19 de septiembre para enviar otro convoy.
"Dejadme decir que se están recabando pruebas y testimonios y, si no es hoy, algún día no habrá lugar donde las personas e instituciones que despiadada y cínicamente han perpetrado estos crímenes de guerra puedan esconderse", ha afirmado.
O'Brien ha recordado que "es responsabilidad de Naciones Unidas, en nombre de todos sus estados miembros, preservar estas evidencias y señalar con el dedo a cualquier Estado miembro y a sus líderes y políticos, llegado el día".
RESPUESTA DE DAMASCO
El embajador sirio en Naciones Unidas, Bashar Jaafari, ha negado que el régimen de Damasco esté atacando objetivos civiles. "Esta gente es nuestra gente", ha dicho ante el Consejo de Seguridad, en declaraciones recogidas por Reuters.
Jaafari ha aprovechado para afirmar una vez más que las fuerzas gubernamentales no tuvieron nada que ver con el bombardeo al convoy humanitario de la ONU destinado a Alepo. "Nosotros no hacemos esas cosas, quienes lo hicieron son terroristas", ha reiterado.