MADRID, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido que los discursos de odio funcionan como una "alarma" de amenaza de genocidio, y que cuanto "más alto suenen", mayor será el riesgo.
Durante una reunión de la Asamblea General de la ONU en conmemoración del Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio de 1994 contra los tutsis en Ruanda, ha asegurado que puede ocurrir "en cualquier lugar".
"Rendimos homenaje a la resiliencia de los supervivientes y reconocemos el camino del pueblo ruandés hacia la curación, la restauración y la reconciliación. Y recordamos con vergüenza el fracaso de la comunidad internacional. El fracaso para escuchar y de la falta de acción", ha declarado Guterres.
Los años de tensiones y luchas entre comunidades ruandesas estallaron en un genocidio en abril de 1994, en el que los líderes hutus lideraron una "campaña letal" contra los tutsi incluso con la presencia de una Misión de Asistencia de Naciones Unidas en el país.
"Las matanzas no empezaron de forma espontánea. Fueron planificadas durante mucho tiempo y realizadas de forma deliberada y sistemática; fueron asesinatos premeditados a plena luz del día", ha denunciado el secretario general de la ONU.
"El odio y la propaganda que allanaron el camino al genocidio en Ruanda fueron transmitidos en la televisión, publicados en periódicos y emitidos en radios. Hoy, los altavoces del odio son incluso mayores", ha advertido el secretario general de la ONU, que además ha llamado a "no olvidar la fragilidad del civismo" en todas las sociedades.
Además, ha pedido "barreras de contención" más fuertes, mayor claridad en las responsabilidades y más transparencia en "el mundo digital", al mismo tiempo que se respeta el derecho a la libertad de expresión y opinión.
La presidenta de la Asamblea General, Csaba Korosi, ha manifestado que el genocidio ocurrió ante el "silencio" de la comunidad internacional y a pesar de las advertencias sobre la preparación del mismo. "Nunca más", ha sostenido en referencia a las advertencias ignoradas.
También ha puesto como ejemplo a la reconstrucción del país "hacia un futuro mejor" por parte de las autoridades, que han invertido en los jóvenes y que ya han conseguido "éxitos" en "paridad de género en la cámara baja del Parlamento, la potencia de innovación de Ruanda, la resiliencia de su economía y la solidez de su sistema de atención médica".
La Asamblea General de Naciones Unidas adoptó en 1948 la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, en la que lo definía como un crimen sancionado por las leyes internacionales.