NAIROBI, 23 Nov. (Reuters/EP) -
Naciones Unidas ha condenado la última ola de ataques contra los cooperantes que ayudan en Sudán del Sur, una situación que se ha agravado en los últimos meses debido al aumento de robos a mano armada de equipamiento en las instalaciones de las agencias humanitarias que operan en la zona.
"La violencia contra las organizaciones de ayuda humanitaria en Sudán del Sur ha puesto en peligro la capacidad de ayuda de los cooperantes en un momento en el que las necesidades son más graves que nunca", ha declarado el coordinador humanitario de la ONU en Sudán del Sur, Eugene Owusu. "Es algo inaceptable y se debe detener", ha concluido.
El personal de Nile Hope, uno de los socios de la ONU en el país, ha asegurado que seis hombres armados entraron el viernes en sus oficinas y forzaron a los empleados a permanecer en el baño mientras robaban dinero, ordenadores portátiles y teléfonos.
Las agencias de ayuda humanitaria han informado de que a lo largo del mes de octubre se han producido 32 intentos de robos o saqueos incluyendo los 15 que han tenido lugar en la capital, Yuba, ha asegurado la ONU a través de un comunicado.
Un cooperante que trabajaba en Acción contra el Hambre fue asesinado durante un robo en las instalaciones de la organización en septiembre. Hasta la fecha, 33 cooperantes habían sido asesinados en Sudán del Sur desde que comenzara el conflicto en diciembre de 2013, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
La guerra civil de Sudán del Sur se originó tras las disputas entre el presidente Salva Kiir y el exvicepresidente Riek Machar, transformándose en un conflicto entre diferentes etnias que apoyan a cada uno de ellos. Desde entonces la malnutrición ha alcanzado niveles catastróficos provocando que esta situación desencadene hambrunas en algunos lugares a finales de año. El conflicto ha hecho que más de 2,2 millones de personas hayan abandonado sus casas sobre todo en los estados del norte, donde la hambruna es mayor.