Soldados del Ejército de Afganistán en la provincia de Logar
OMAR SOBHANI / REUTERS
Actualizado: miércoles, 22 junio 2016 12:50


KABUL, 22 Jun. (Reuters/EP) -

Afganistán se enfrenta al riesgo de una nueva espiral de violencia tras una serie de ataques contra civiles en los últimos meses pero en el campo de batalla, las fuerzas de seguridad han estado manteniendo sus posiciones, ha advertido el representante especial de la ONU para el país asiático, Nicholas Haysom.

El responsable de la ONU ha planteado una imagen ambivalente de la situación de la seguridad 18 meses después de que las fuerzas internacionales pusieran fin a sus operaciones de combate.

Mientras que los atentados con bomba en los que murieron 22 personas en Kabul y la provincia norteña de Badajshan el lunes pusieron de manifiesto lo peligroso que sigue siendo Afganistán, los temores de que los talibán superarían a las fuerzas de seguridad no se han cumplido.

Sin embargo, Haysom ha dicho que está muy preocupado por la violencia contra los civiles, con la continuación de los ataques durante el Ramadán, el mes de ayuno sagrado del islam.

Además de los atentados suicidas contra objetivos que van desde funcionarios gubernamentales y miembros del sistema judicial a contratistas de seguridad extranjeros, al menos 200 personas han sido secuestradas en las carreteras del país desde finales de mayo.

"Existe un riesgo, desde mi punto de vista, de que el conflicto pueda entrar en una nueva fase, que podría ver actos de venganza y una creciente espiral de violencia", ha afirmado Haysom, que abandona el cargo tras cuatro años en Afganistán.

El representante de la ONU también ha subrayado el progreso en varias áreas, incluidas las finanzas públicas, así como el lanzamiento de proyectos de infraestructura potencialmente vitales y ha dicho que la estabilidad política es fundamental para que continúe el progreso.

Los talibán, cuyo líder el mulá Ajtar Mansur fue abatido en un ataque de un 'drone' estadounidense el mes pasado, controlan más territorio que en ningún otro momento desde que fueron derrocados en 2001, incluidas amplias zonas en la estratégica provincia de Helmand, en el sur.

Pero hasta ahora no han sido capaces de hacerse con el control de una provincia o una capital provincial y las fuerzas de seguridad afganas, que se enfrentaron a una gran presión y fuertes bajas el año pasado, parecen haber fortalecido su actuación.

Haysom, que advirtió el marzo de que la mera supervivencia del Gobierno del presidente Ashraf Ghani en 2016 sería un logro, ha dicho que el campo de batalla es "fluido, con logros y reveses pero sin que ninguna de las partes tenga un claro dominio".

Las fuerzas de seguridad se enfrentaron a grandes retos, incluido de liderazgo, moral y reclutamiento. "Por ahora, no obstante, están manteniendo sus posiciones", ha señalado, durante un briefing ante el Consejo de Seguridad de la ONU celebrado este martes en Nueva York.

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