MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
La coordinadora humanitaria de la ONU en República Centroafricana (RCA), Najat Rochdi, ha advertido de que la violencia en el país está alcanzando niveles que no se habían visto en el país desde agosto de 2014 y ha incidido en que cada vez más hay "signos preocupantes de manipulación de la religión".
"La frecuencia y la brutalidad de los ataques en Bangassou, Bria, Alindao y otras localidades han alcanzado niveles no vistos desde agosto de 2014", ha subrayado Rochdi durante un briefing con miembros de la ONU en Ginebra.
"Hay signos cada vez más preocupantes de manipulación de la religión como motor detrás de la última ola de ataques", ha añadido, advirtiendo de que "la ventana de oportunidad para evitar que la crisis sufra una mayor escalada corre el riesgo de cerrarse muy pronto".
La coordinadora humanitaria ha subrayado que la violencia registrada en las dos últimas semanas ha dejado más de 100.000 nuevos desplazados, 40.000 de ellos solo en Bria, en el centro del país, mientras que el ataque en Bangassou, una localidad en la que musulmanes y cristianos convivían sin problemas hasta ahora, dejó un centenar de muertos.
Rochdi ha subrayado que quienes han huido han buscado refugio en zonas de difícil acceso por lo que "los actores humanitarios se están enfrentando a retos logísticos y de seguridad unidos a la falta de fondos".
"A menos que los actores humanitarios reciban medios suficientes, decenas de miles de los más vulnerables quedarán sin ayuda, muchos de ellos morirán y zonas enteras del país quedarán abandonadas", ha prevenido.
"Este no es el momento de abandonar a los centroafricanos. Este no es el momento de renunciar a la paz", ha subrayado la coordinadora humanitaria, reclamando un "fuerte compromiso de todas las partes" para afrontar la crisis, que deja actualmente 500.000 desplazados, una cifra que no se registraba desde 2014.
Según el comunicado de la ONU, actualmente casi uno de cada dos centroafricanos depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir, una de las proporciones más altas a nivel mundial, y casi la mitad de la población se enfrenta a inseguridad alimentaria. De los 399,5 millones de dólares solicitados por Naciones Unidas para 2017, solo se han recibido por ahora el 25 por ciento.