MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
Varias agencias de la ONU han unido sus voces para pedir medidas urgentes con las que paliar la crisis humanitaria en la región etiope de Tigray, escenario de una ofensiva militar, dado que más de 350.000 personas se encuentran ya en "condiciones catastróficas" y hay riesgo de hambruna.
Sin un acceso sin trabas y un aumento de la asistencia alimentaria, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), temen el abismo que está por venir, ya que "el riesgo de hambruna es inminente".
Más de 350.000 personas están ya en el peor umbral de la emergencia, un dato que no tiene precedentes en la última década para un solo país y, si no se toman medidas, la cifra podría superar los 400.000 en septiembre. Además, más de 5,5 millones de personas, el 60 por ciento de la población, está al menos en una situación de inseguridad alimentaria aguda en Tigray y en las regiones aledañas de Amhara y Afar, pese a la falta de datos exactos.
La ONU identifica como principal causa de la crisis alimentaria el conflicto desatado en noviembre, cuando el Gobierno de Abiy Ahmed lanzó una ofensiva contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), que entonces gobernaba en la región.
La violencia ha terminado de destruir las infraestructuras y los medios de vida de los que dependen cientos de miles de personas y ha disparado las tasas de desplazamiento. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió en mayo de que más de 1,7 millones de personas desplazadas por el conflicto en el norte de Etiopía necesitaban ayuda urgente.
El director general de la FAO, Qu Dongyu, ha advertido de que "las comunidades rurales del norte de Etiopía se han visto particularmente afectadas por el conflicto". "Se han destruido muchas granjas y se han perdido activos productivos como semillas y ganado", ha dicho, en una declaración en la que ha pedido tanto "recursos" como "acceso" para paliar la emergencia.
En este sentido, el director ejecutivo del PMA, David Beasley, ha advertido de que, por cada familia atendida, "hay muchas más". Preocupa especialmente la situación de las zonas rurales, por lo que Beasley ha reclamado que el acceso se extienda "mucho más allá de las principales ciudades" de la región.
La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, ha incidido en la situación particular de los niños, puesto que habría unos 33.000 menores con desnutrición aguda en áreas que siguen siendo "inaccesibles" y que "corren un alto riesgo de muerte". "El mundo no puede permitir que esto suceda", ha subrayado.