MADRID 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas ha alertado que más de 40 millones de personas en África Occidental y Central se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, enfrentando lo que describe como "una crisis alimentaria cada vez más grave", una cifra que podría alcanzar los 52,7 millones a mediados de 2025.
"El círculo vicioso del hambre en África Occidental y Central se puede romper, pero es necesario un cambio fundamental en nuestro enfoque", ha afirmado este viernes la directora regional del PMA para África Occidental, Margot van der Velden, en un comunicado.
"Necesitamos financiación oportuna, flexible y previsible para llegar a las personas afectadas por la crisis con asistencia vital, e inversiones masivas en preparación acción anticipatoria y creación de resiliencia para empoderar a las comunidades y reducir las necesidades humanitarias", ha agregado.
Según la agencia de la ONU, basado en un nuevo análisis de seguridad alimentaria del Cadre Harmonisé, a pesar de percibir una ligera mejora con respecto al año pasado, impulsada por mejores precipitaciones en algunas zonas del Sahel y avances en seguridad, la inseguridad alimentaria sigue empeorando debido a los conflictos, los desplazamientos, la inestabilidad económica y las graves perturbaciones climáticas.
La cantidad de personas que atraviesan niveles de emergencia de hambre, han detallado, ha aumentado un 70% en la temporada posterior a la cosecha y un 22% durante la temporada de escasez entre junio y agosto de 2025.
Entre los países más afectados se incluye a Nigeria, Camerún y Chad, que juntos albergan más de la mitad de la población en inseguridad alimentaria. Las personas desplazadas por la fuerza son las más vulnerables, ya que pierden acceso a sus tierras de cultivo y zonas de pastoreo.
Más de 10 millones de personas han sido desplazadas en la región, con Burkina Faso, Chad, Camerún, Mauritania, Níger y Nigeria entre los países más afectados. Las inundaciones mortales de este año han dejado a seis millones de personas sin hogar, destruyendo medios de vida y alterando la producción agrícola.
El coordinador subregional de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha sostenido que "el continuo deterioro de la seguridad alimentaria y la nutrición, a pesar de los importantes esfuerzos de los gobiernos y los socios pone de relieve la necesidad urgente de un cambio de paradigma en la respuesta".
"Necesitamos fortalecer e implementar programas conjuntos integrados de resiliencia en los países más afectados y más allá. Además, debemos facilitar el acceso de los pequeños agricultores a fertilizantes producidos localmente para impulsar la producción de alimentos sostenibles, asequibles y nutritivos", ha añadido.
La crisis alimentaria, alerta el informe, también está afectando gravemente la nutrición infantil. En 2024, se estima que 16,3 millones de niños sufran desnutrición aguda, de los cuales 5 millones se encuentran en su forma más grave.
En este sentido el director regional de Unicef, Gilles Fagninou, ha reivindicado la importancia de "garantizar un suministro fiable y suficiente de alimentos terapéuticos para tratar a los niños menores de cinco años de la región".
"Una buena nutrición en los primeros años de vida es la base de la supervivencia y el desarrollo de los niños y de una vida adulta saludable en el futuro. Cada dólar invertido en nutrición produce hasta 16 dólares en beneficios económicos gracias a una mejor salud, mejores resultados educativos y una mayor productividad a lo largo de la vida", ha explicado.
La ONU ha pedido así una respuesta urgente y sostenida para evitar que la inseguridad alimentaria siga deteriorándose, afectando a millones de personas en la región.