MADRID 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un informe de Naciones Unidas ha alertado este viernes de la "falta de rendición de cuentas" por los crímenes cometidos en la localidad de Tarhuna, ubicada al sureste de la capital, Trípoli, durante su control por parte de la milicia Kaniyat, aliada de las fuerzas lideradas por el general libio Jalifa Haftar.
"Han pasado años desde que se cometieron estas terribles violaciones, pero los perpetradores aún no han sido llevados ante la justicia ni se ha ofrecido verdad, justicia o reparación a las víctimas y sus familias", ha subrayado el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk.
Por su parte, la jefa en funciones de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia, Stephanie Koury, ha resaltado que "no abordar las causas del conflicto" en el país "solo servirá para seguir alimentando ciclos tóxicos de violencia y venganza entre las comunidades".
Uno de los principales obstáculos para la rendición de cuentas ha sido, según el informe, la integración de la milicia Kaniyat --que controló la ciudad de Tarhuna entre 2019 y 2020-- en el antiguo Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN) liderado por el ex primer ministro de unidad Fayed Serraj y posteriormente en el Ejército libio.
En consecuencia, los residentes afectados han evitado denunciar delitos --entre ellos asesinatos, desapariciones forzadas, violencia sexual, secuestros, torturas, malos tratos o desplazamientos forzados-- "por temor a represalias".
El informe, elaborado por el departamento de Derechos Humanos de la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) y la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, recomienda el establecimiento de un "proceso integral de justicia transicional" con medidas que lleven a la búsqueda de la verdad, así como reparaciones "efectivas" para las víctimas, incluyendo asistencia jurídica o apoyo en materia de salud mental.
Asimismo, también amplía las conclusiones publicadas en 2022 por la misión independiente de investigación sobre Libia que detallaba el hallazgo de fosas comunes en Tarhuna ubicadas a unos 65 kilómetros al sureste de la capital, Trípoli. La mayoría de los cadáveres descubiertos tenían signos de tortura.
La milicia Kaniyat fue aliada en un primer momento del Gobierno de unidad libio, pero más tarde cambió de bando y apoyó la ofensiva liderada por el comandante de las antiguas fuerzas del este del país Jalifa Haftar--, contra Trípoli entre 2019 y 2020. Su líder, Mohamad al Kani, murió en julio de 2021 en un enfrentamiento armado.
Tras la retirada de las fuerzas de Haftar se hallaron decenas de cuerpos en diversas fosas comunes localizadas después de que el Ejecutivo de unidad retomara el control de la ciudad. El Tribunal Penal Internacional (TPI) investiga violaciones cometidas por las fuerzas de Haftar.
Actualmente, el país se encuentra dividido en dos administraciones después de que la Cámara de Representantes diera por finalizado el mandato de Dbeibé por el aplazamiento de las elecciones presidenciales en diciembre de 2021 y nombrara para el cargo a Fazi Bashaga, quien fue posteriormente suspendido en el cargo y reemplazado por el hasta entonces ministro de Finanzas, Osama Hamad.