MADRID 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
La persistente crisis política y social en Sudán del Sur ha llevado al país a una fase de "limpieza étnica" y ha generado un contexto de inseguridad en el que las violaciones en grupo han llegado a considerarse "normales", según la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para el país africano.
La responsable de esta comisión, Yasmin Sooka, ha equiparado la situación de Sudán del Sur con la vivida en Ruanda a mediados de la década de los noventa y ha instado a la comunidad internacional a adoptar medidas para evitarlo, especialmente de cara a la temporada seca.
Sooka ha citado como indicadores de esta escalada el aumento de los mensajes de odio, la represión de los medios y la sociedad civil, el crecimiento de las divisiones entre las decenas de tribus, el reclutamiento de civiles y la proliferación de grupos vinculados a los dos bandos enfrentados.
"Hay ya un proceso de limpieza étnica en varias zonas de Sudán del Sur en el que se usa el hambre, las violaciones en grupo y la quema de pueblos", según Sooka. Muchos de quienes han huido de estos combates hablan abiertamente de "un punto de no retorno" en el conflicto que enfrenta desde hace dos años a las fuerzas leales al presidente, Salva Kiir, y las del líder rebelde, Riek Machar.
Otro integrante del equipo de la ONU, Godfrey Musila, ha advertido de que "el impacto de esta violencia es mucho más común y más grave de lo que se pensaba", según un comunicado de la organización internacional. Sooka ha apuntado incluso que existen "señales de aviso" sobre un posible "genocidio".
VIOLACIONES
Las mujeres se han convertido en víctimas especialmente vulnerables de este conflicto, en la medida en que sufren abusos incluso por parte de las fuerzas que teóricamente deben protegerlas. La ONU ha subrayado que "la escala de violaciones perpetradas por todos los grupos armados es totalmente inaceptable".
"Los cooperantes aseguran que las violaciones en grupo son tan comunes que se han vuelto normales", ha lamentado la responsable de la comisión, que se ha podido reunir con algunas de las víctimas. En un campo para desplazados de la capital, Yuba, había mujeres que aún no habían recibido tratamiento cuatro meses después de haber sufrido los abusos.
En Bentiu, en el estado de Unidad, una desplazada acogida en un campo protegido por la ONU describió cómo había sido violada por un grupo de soldados apenas tres días antes, durante un ataque contra su aldea. Esta víctima también ha contado el caso de otras tres mujeres atacadas en las inmediaciones del campamento cuando se disponían a recoger leña.
MEDIDAS
Naciones Unidas ha llamado a la comunidad internacional a tomar medidas para impedir los abusos que se cometen día tras día en Sudán del Sur, como por ejemplo acelerando la llegada de 4.000 efectivos de la fuerza regional, garantizando que este despliegue no se limita a la capital y aplicando una serie de sanciones que incluyen, entre otras iniciativas, un embargo de armas.
Otro de los miembros de la comisión, Ken Scott, ha considerado "urgente" que se cree un tribunal para juzgar a los responsables de los crímenes que se han cometido durante este tiempo en Sudán del Sur, habida cuenta de que grandes zonas del país carecen del mínimo sistema judicial y ya no funcionan ni "los métodos de reconciliación tradicionales".
El grupo de expertos, que responde ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, presentará su informe definitivo el próximo mes de marzo.