MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha advertido nuevamente este jueves de las potenciales "consecuencias catastróficas" de la crisis energética en la Franja de Gaza, un día después de que la única central del enclave tuviera que suspender sus operaciones por falta de combustible.
"Algunas zonas de Gaza sólo disponen de electricidad dos horas al día. La crisis energética, resultado principalmente de una disputa palestina desde abril, se suma a la vulnerabilidad de las dos millones de personas que viven en la Franja", ha dicho el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric.
Por ello, ha pedido a las partes "que pongan el bienestar de la población ante todo y adopten las medidas necesarias para evitar más sufrimiento".
El anuncio sobre la suspensión de operaciones fue realizado apenas tres semanas después de que la central reiniciara sus trabajos a capacidad reducida, tras la entrega de combustible por parte de Egipto, en medio de una grave crisis energética en el enclave palestino.
La entrega de combustible por parte de Egipto fue la primera importación oficial de gasóleo egipcio a Gaza desde que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) asumiera el poder de la Franja en 2007.
La central ha estado generando durante este periodo 45 megavatios, menos de un tercio de los 148 megavatios disponibles en la Franja. El resto es facilitado por Israel (80 megavatios) y Egipto (23 megavatios).
El coordinador de Asistencia Humanitaria de Naciones Unidas para los Territorios Ocupados Palestinos, Robert Piper, alertó a mediados de junio sobre las "desastrosas" consecuencias de una mayor reducción del suministro eléctrico a la Franja de Gaza, describiendo la situación como "una disputa interna palestina".
"Un incremento de la duración de los apagones podría llevar a un colapso total de los servicios básicos, incluyendo servicios fundamentales a nivel de salud, agua y sanidad", indicó en su comunicado.
"La población de Gaza no debe ser hecha rehén de esta prolongada disputa interna palestina", manifestó, reclamando a la Autoridad Palestina, Hamás e Israel que pongan por encima de todo el bienestar de la población.
En abril, el propio Piper expresó su "preocupación por el deterioro de la situación energética en la Franja de Gaza" y solicitó una "acción rápida de las autoridades israelíes y palestinas y de los miembros de la comunidad internacional para proteger la provisión de servicios básicos críticos a los 1,9 millones de residentes de Gaza".