MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
El inexorable aumento de la sequía en Somalia pone en peligro a millones de personas en el país, según han denunciado el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que han alertado de que la única forma de evitar una nueva catástrofe es mediante el envío masivo de ayuda humanitaria.
Las agencias de la ONU han señalado que falta de lluvias en las regiones del norte del país, donde al menos la mitad de la población sufre una grave inseguridad alimentaria, amenaza a la población más vulnerable, que se ha visto gravemente afectada por el aumento de la violencia en el país.
Al menos 6,2 millones de personas necesitan ayuda humanitaria para subsistir, según datos de UNICEF, que ha indicado que cerca de 944.000 niños sufrirán malnutrición aguda a lo largo de 2017.
UNICEF ha aseverado que al menos 185.000 menores necesitarán asistencia urgente para sobrevivir a la sequía, un número que podría verse incrementado en un 50 por ciento durante los próximos meses si los somalíes no perciben la asistencia necesaria.
"A muchísimos somalíes ya no les quedan recursos y están viviendo al día", ha indicado Steven Lauwerier, representante de UNICEF en Somalia. "Tenemos una pequeña oportunidad de evitar la catástrofe inminente y salvar un gran número de vidas, por lo que estamos dispuestos a trabajar con las diferentes partes involucradas", ha señalado.
Las agencias de la ONU han alertado de que un gran número de comunidades en Somalia, especialmente en la región de Puntlandia, en el norte del país, se enfrentan a la escasez de recursos.
"La asistencia humanitaria ha salvado vidas en el norte de Somalia, pero a medida que la crisis se extiende se agota el tiempo para actuar", ha afirmado el director del PMA en el país, Laurent Bukera.
La población ha sufrido la pérdida de ganados y cosechas, así como el aumento de los precios del agua y de los alimentos locales. Esto ha provocado que miles de personas se hayan desplazado a nivel interno en Somalia, donde las autoridades han detectado al menos 4.000 casos de cólera y diarrea aguda durante 2016.
UNICEF y PMA, que están respondiendo de forma conjunta a la crisis, han advertido de la falta de acceso a las zonas más afectadas por la sequía y han denunciado que millones de personas continúan en peligro.