MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha anunciado este miércoles el primer cierre de un campamento de protección de civiles en Sudán del Sur, situado cerca de la base de la Misión de Asistencia de la ONU en Sudán del Sur (UNSMISS) en la localidad de Melut y abierto hace cuatro años.
"Tras cuatro años viviendo en condiciones de abarrotamiento, las familias abandonan por fin el campamento de protección (...) para volver a sus casas", ha indicado la UNMISS a través de un comunicado.
En el mismo, ha recordado que "cientos de personas buscaron protección en el lugar desde el estallido de la guerra civil en Sudán del Sur hace cuatro años", agregando que "un reciente recuento registró que quedaban 562 personas (en las instalaciones)".
"Ante la mejora de la seguridad, los que quedaban en el campamento han expresado su deseo de volver a sus casas", ha señalado, añadiendo que tras llevar a cabo un proceso de consulta, más de la mitad han sido trasladados a una localidad cercana, mientras que el resto han sido evacuadas al centro de protección de la ONU en Malakal.
El representante especial de la Secretaría General de la ONU para Sudán del Sur y jefe de la UNMISS, David Shearer, ha manifestado que "hay inestabilidad en gran parte del país, pero en algunas zonas, como Melut, se ha sido capaz de ayudar a la gente para que (...) vuelva a sus casas".
"Para ellos, reunirse con sus amigos y familiares y volver a crear una vida por sí mismos es un gran sentimiento", ha destacado, agregando que "se analizará cada campamento de forma individual para analizar si las condiciones permiten el retorno de la gente".
"Tienen que volver de forma voluntaria, y obviamente lo tienen que hacer en situaciones de seguridad. Donde se den estas condiciones, intentaremos que la gente vuelva a sus casas", ha manifestado.
En este sentido, ha destacado que "los campamentos no son un buen lugar para criar a los niños o para ser considerados como una opción a largo plazo". "Sólo pueden ser una opción temporal", ha remachado.
Sudán del Sur es uno de los países más peligrosos del mundo para los trabajadores humanitarios. Al menos 28 han muerto este año, solo nueve en noviembre, de acuerdo con Naciones Unidas.
La nación más joven del mundo está inmersa en una guerra civil desde 2013 que enfrenta a las fuerzas gubernamentales de Salva Kiir y a los rebeldes de Machar.