MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
El coordinador humanitario de Naciones Unidas para Sudán del Sur, Eugene Owusu, ha aplaudido los últimos resultados del Sistema de Clasificación por Fases (IPC) que acreditan el fin de la hambruna, pero ha recordado a la comunidad internacional y a los activistas humanitarios que no deben confiarse teniendo en cuenta que hay seis millones de personas en una situación de inseguridad alimentaria.
"A pesar de la buena noticia de que hemos detenido la hambruna localizada en Leer y Mayendit, ahora más que nunca nos enfrentamos a grandes necesidades en Sudán del Sur", ha declarado. Según ha detallado, son 45.000 las personas que hacen frente a una situación "catastrófica" en Leer, Koch y Mayendit, y en Jonglei ya 1,7 millones de afectados en fase 4 del IPC, lo que significa que están al borde de la hambruna.
"Aplaudo a la comunidad humanitaria por la rápida gestión de las ayudas a las familias afectadas por la crisis alimentaria", ha declarado Owusu, quien ha añadido que se han enviado equipos "hasta lugares peligrosos y de difícil acceso" que han hecho frente a "verdaderos desafíos" a lo largo del camino, "incluidos algunos enfrentamientos que obligaron a reubicar los trabajadores humanitarios y a retrasar las distribuciones".
"La mitad del país está en una situación de verdadera inseguridad alimentaria, y además está haciendo frente a la más larga y más extendida epidemia de cólera desde la independencia de Sudán del Sur, donde el número de desplazados internos ha superado los 2 millones", ha advertido Owusu, quien ha añadido que "estas son las consecuencias de un conflicto devastador que ha tenido un coste diario para los civiles".
Después de que se declarara la hambruna, diversas organizaciones pusieron en marcha la ayuda humanitaria para atender a más de 320.000 personas en Leer, Mayendit, Koch y Panyinjiar. En 17 localidades se llevaron a cabo misiones de respuesta rápida y las ONG prestaron servicios vitales y de salvamento como alimentación, emergencias en la salud, vacunación y tratamientos nutricionales y médicos. Además, se proporcionó agua limpia y artículo no alimentarios de primera necesidad como mantas y mosquiteros. Cada una de estas intervenciones fue clave para combatir y prevenir el hambre.
"Es el momento de redoblar nuestros esfuerzos y ampliar nuestra respuesta", ha añadido. "Para ello, necesitamos urgentemente el acceso humanitario libre, seguro y sin obstáculos, y la financiación para responder al aumento de la crisis". "Pido a todas las partes en conflicto que detengan los ataques contra civiles y que cumplan con sus responsabilidades de acuerdo del Derecho Internacional Humanitario", ha dicho Owusu, quien ha asegurado que "cuando la violencia se detenga las necesidades humanitarias continuarán creciendo".