MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
El jefe de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS), David Shearer, ha asegurado este miércoles que más de un centenar de 'cascos azules' están a la espera de visados por parte del Gobierno del país para unirse al despliegue sobre el terreno.
"Hay más de un centenar de (miembros del) personal militar que iban a unirse a los grupos de pacificación en el país y que están esperando en el extranjero a que se les entreguen los visados", ha dicho.
Así, ha resaltado que "se trata de un problema burocrático", recalcando que "es un problema real que interfiere con las operaciones" de la UNMISS.
Shearer ha manifestado además que "sería positivo para ambas partes, el Gobierno y la ONU" que "haya un grado mayor de cumplimiento de los acuerdos que ya se firmaron hace tiempo".
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Mawien Makol, ha recalcado que las autoridades no han negado la entrada al país a los 'cascos azules', resaltando que el procedimiento es el normal.
"Hay que entender una cosa, y es que el Gobierno regula los procedimientos de entrada de extranjeros al país. Eso es normal", ha dicho, en declaraciones a la emisora local Eye Radio.
Sudán del Sur lleva sumido en una guerra civil desde 2013 y la ONU dijo el lunes que no es capaz de llegar a algunas de las zonas más afectadas debido a la inseguridad.
La rivalidad entre el presidente, Salva Kiir, de etnia dinka, y el exvicepresidente y líder rebelde Riek Machar, que es nuer, se tradujo en un primer conflicto en diciembre de 2013, cuando el presidente del país decidió cesar a Machar como su 'número dos'.
El conflicto entre los dos bandos terminó con un acuerdo de paz firmado en agosto de 2015 y que implicaba el regreso de Machar a para que volviera a ser nombrado vicepresidente del país, nombramiento que llegó en abril de 2016.
Sin embargo, las continuas violaciones del pacto y los graves combates de julio llevaron al cese de Machar, que fue relevado en el cargo por el general Taban Deng Gai.
En diciembre, la ONU alertó de que el país está al borde de una guerra étnica generalizada a menos que la comunidad internacional intervenga y convenza a las partes enfrentadas de entablar un diálogo que lleve de forma definitiva a la paz.