MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha avisado de un serio deterioro de la situación de los Derechos Humanos en Burundi durante estos últimos meses con vistas a las elecciones del año próximo en un país donde cerca de 30 ONG han cerrado sus puertas en los últimos meses por la presión del Gobierno liderado por Pierre Nkurunziza, en las postrimerías de un polémico tercer mandato percibido como una violación de la Constitución.
Nkurunziza revalidó su cargo en 2015 en medio de un estallido de violencia que dejó cientos de muertos, obligó a medio millón de personas a salir del país y dejó a otros casi dos millones necesitados de ayuda urgente.
Aunque el presidente se ha comprometido a dejar el poder el año próximo, la ONU teme que el ambiente acabe contaminado por el fraude y la violencia.
"Varios interlocutores nos han comentado las dificultades a los que se están enfrentando los opositores para reunirse en libertad", según ha explicado el presidente de la Comisión para la Paz en Burundi, Jürg Lauber.
Naciones Unidas recuerda que su oficina para los Derechos Humanos en Burundi, con sede en la capital, Buyumbura, tuvo que cerrar sus puertas en febrero tras 23 años en el país, y tras recibir durante los meses previos constantes informes sobre atrocidades de toda índole, desde detenciones forzadas, torturas y ejecuciones extrajudiciales.
También se recuerda la presión a la que están sometidos los medios extranjeros. El Consejo Nacional de Comunicaciones (CNC) de Burundi retiró en marzo la licencia de emisión a BBC y prohibió a los periodistas que se encuentren en el país "entregar de forma directa o indirecta informaciones que puedan ser emitidas" por este medio.
Asimismo, prorrogó la suspensión en vigor de las emisiones de Voice of America "hasta nueva orden" y prohibió igualmente a los periodistas entregar información al medio. Las órdenes fueron firmadas por el presidente del organismo, Nestor Bankumukunzi.
"La situación sobre los derechos fundamentales en Burundi sigue siendo bastante preocupante", ha lamentado el secretario general Adjunto de Naciones Unidas para el Apoyo a la Consolidación de la Paz, Óscar Fernández-Taranco.