Ataque químico en Jan Sheijun, Idlib
AMMAR ABDULLAH / REUTERS
Actualizado: sábado, 8 abril 2017 2:52


MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha advertido este viernes de que el supuesto ataque químico perpetrado el martes en la localidad siria de Jan Sheijun, al que Estados Unidos ha respondido lanzando más de medio centenar de misiles de crucero, sería un crimen de guerra, "independientemente" de quién lo haya cometido.

La portavoz de la oficina, Ravina Shamdasani, ha asegurado que de confirmarse que se utilizaron armas químicas "por alguna de las partes" en el conflicto de Siria, esto equivaldría a un crimen de guerra, y ha lamentado, además, que el de Jan Sheijun no sea "un incidente aislado".

En rueda de prensa desde Ginebra (Suiza), Shamdasani ha condenado además los numerosos ataques aéreos y bombardeos que se están llevando a cabo de forma indiscriminada en la zona, provocando una importante cifra de bajas civiles.

"Idlib y Raqqa están entre las provincias que han sido objeto de bombardeos más intensos hasta la fecha", ha detallado la portavoz del departamento. "Solamente en marzo, la Oficina de Derechos Humanos documentó que más de 130 civiles habrían muerto y otras 170 personas habrían resultado heridas en Raqqa, mientras que en Idlib esa cifra es de 100 muertos, una tercera parte niños, y la de heridos supera los 50", ha apuntado.

En este contexto, la oficina ha instado a las partes en conflicto --incluyendo a los países extranjeros que participan en los bombardeos-- a velar por la población civil y a ajustarse "estrictamente" a sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional, en particular, a los principios de distinción, proporcionalidad y precauciones en los ataques.

La inmensa mayoría de la comunidad internacional ha acusado al Gobierno de Bashar al Assad de estar detrás del ataque de este martes, perpetrado en la localidad de Jan Sheijun, controlada por los rebeldes.

Sin embargo, el Gobierno de Rusia ha afirmado este mismo miércoles que el Ejército sirio bombardeó una fábrica de armas químicas en la localidad, descartando un ataque químico por parte de las fuerzas gubernamentales.

Según el balance proporcionado por la Unión de Organizaciones de Asistencia Médica y de Socorro (UOSSM), al menos cien personas han muerto y unas 400 han sido atendidas con síntomas de asfixia tras el supuesto ataque químico.

Naciones Unidas ha alertado de que el uso de armas químicas es "extremadamente alarmante y preocupante", resaltando que el uso de armas químicas en cualquier parte del mundo constituye una grave amenaza para la paz y la seguridad y es una violación muy seria del Derecho Internacional".

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