Actualizado: martes, 5 julio 2016 20:01


GINEBRA/DUBAI, 5 Jul. (Reuters/EP) -

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha clasificado el ataque suicida llevado a cabo este lunes a las afueras de la mezquita del profeta Mahoma en la ciudad de Medina como un ataque al propio islam, algo que han secundado muchas comunidades musulmanas en el mundo al ver que se atacaba al segundo lugar más sagrado de la religión.

Este lunes se sucedieron tres ataques, aparentemente coordinados, en Arabia Saudí que tuvieron como objetivos la ciudad de Medina, el Consulado estadounidense en Yeda y la ciudad de Qatif, de mayoría chií. Cuatro guardias de seguridad han muerto. Aunque ninguna organización ha reivindicado la autoría del atentado, todo apunta a que se trata del Estado Islámico ya que en 2015 llevó a cabo ataques similares en Arabia Saudí, aliado de Estados Unidos.

"Este es uno de los sitios más sagrados del islam, y que se haya llevado a cabo un ataque en ese sitio, además, a finales del Ramadán, significa un ataque directo contra los musulmanes de todo el mundo", ha declarado Al Hussein, que además del máximo defensor de los Derechos Humanos en la ONU es miembro de la familia real jordana. "Se trata de un ataque a la religión", ha añadido.

Los atentados en Medina no tienen precedentes, ya que se trata de una ciudad sagrada que alberga una mezquita construida por el propio profeta Mahoma, donde además descansan sus restos. Los atentados en la ciudad de La Meca también son poco frecuentes ya que es el lugar más sagrado del islam. La familia real saudí, los Al Saud, se consideran a sí mismos los protectores de estos lugares. Por su parte, el Estado Islámico denuncia que son unos apóstatas y que tiene como objetivo derrocarlos.

El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Abdul Aziz, en una visita a los heridos en Yeda ha intentado tranquilizar a los ciudadanos asegurando que no hay problemas de seguridad. "La seguridad del país es buena, actualmente está en sus niveles más altos y gracias a Dios es más fuerte cada día", ha declarado Bin Abdul Aziz, quien logró acabar con los atentados de Al Qaeda en Arabia Saudí que sucedieron entre 2003 y 2006.

Las autoridades saudíes, además, han afirmado que los seguidores del Estado Islámico dentro del país suelen actuar de manera independiente al grupo en Irak y Siria.

Por otro lado, el imán de la mezquita del profeta donde ocurrió el atentado, Salá al Budair, ha advertido a los más jóvenes de que no se dejen seducir por la ideología "maligna" del Estado Islámico. "El terrorista es un infiel que se ha vendido a los enemigos de su religión y su país", ha declarado.

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