EEUU tilda de "bárbaro" el ataque y pide rendición de cuentas
MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha denunciado este jueves el ataque ejecutado el miércoles por el Ejército de Siria contra un campamento de desplazados internos en la provincia de Idlib (noroeste), que se saldó con al menos 16 muertos.
El organismo ha indicado que entre los cerca de 50 heridos en el ataque figuran cuatro trabajadores humanitarios que se encontraban en un hospital de maternidad en el campamento de Kah, que sufrió graves daños.
"Es repugnante que se lancen misiles contra los civiles vulnerables, entre ellos ancianos, mujeres y niños alojados en tiendas de campaña y refugios improvisados en un campamento para desplazados internos", ha dicho el coordinador humanitario para Siria, Mark Cutts.
Asimismo, la asesora humanitaria del enviado de la ONU para Siria, Najat Rochdi, ha manifestado que los misiles fueron lanzados "supuestamente desde territorio controlado por el Gobierno sirio".
Por ello, Cutts ha reclamado una investigación sobre este "horrible incidente" y ha recordado que cualquier ataque directo contra civiles supone una violación del Derecho Humanitario.
"Condeno este ataque en los términos más enérgicos y llamo una vez más a todas las partes del conflicto a tomar todas las medidas necesarias para proteger tanto las vidas como las infraestructuras civiles, según sus obligaciones bajo el Derecho Internacional", ha dicho.
A las condenas se ha sumado el Gobierno de Estados Unidos, que ha tildado los ataques de "bárbaros" y ha recordado que la ubicación del hospital había sido comunicada a través de la ONU para evitar que las instalaciones fueran atacadas.
"Este horrible incidente sigue un patrón bien documentado de ataques atroces contra civiles e infraestructuras por parte del régimen de (el presidente sirio, Bashar) Al Assad, con apoyo ruso e iraní", ha denunciado la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus.
Así, ha señalado que "los ataques del régimen han matado a más de mil civiles y desplazado al menos a 400.000 en el noroeste de Siria desde abril de este año", cuando Damasco inició su ofensiva militar contra Idlib.
CAMPAÑA ASESINA
Ortagus ha argumentado que "el régimen sirio, autorizado por sus patrocinadores rusos e iraníes, debe poner fin esta campaña asesina contra el pueblo sirio y poner fin a la guerra en zonas civiles".
"No puede haber un futuro pacífico en Siria sin garantías de que los responsables de estos actos brutales rinden cuentas. Pedimos a la comunidad internacional que hable con una sola voz para que el régimen de Al Assad y sus aliados rindan cuentas por este largo rastro de atrocidades y destrucción generalizada", ha apuntado.
En este sentido, Ortagus ha apuntado que "atacar de forma deliberada a civiles e infraestructura civil en violación del Derecho Internacional socava el proceso político esbozado por la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas".
"Por ello, apoyamos firmemente los esfuerzos de la Comisión de Investigación de la ONU para investigar los ataques contra instalaciones médicas apoyadas por Naciones Unidas en el noroeste de Siria", ha recordado.
Por último, ha pedido "a todas las partes" que "vuelvan al alto el fuego en el área y permitan el acceso sin restricciones para hacer frente al desastre humanitario que esta violencia ha causado". "Reiteramos que no hay una solución militar al conflicto sirio", ha remachado.
La provincia de Idlib se encuentra en manos de varios grupos armados, el más importante de los cuales es el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS). El Gobierno de Siria ha defendido que la ofensiva, lanzada el 5 de agosto, es parte de su lucha contra el terrorismo en el país.