Recalca que los ataques perpetrados recientemente en Boyo dejaron 15 muertos y cerca de 1.500 desplazados
MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha condenado "firmemente" los recientes actos de violencia contra la población civil en la localidad centroafricana de Boyo, situada en el centro del país, supuestamente perpetrada por milicianos vinculados a los 'anti balaka'.
La Misión Unidimensional Integrada de Naciones Unidas para la Estabilización en República Centroafricana (MINUSCA) ha resaltado que la localidad fue "escenario de incidentes graves" entre el 6 y el 7 de diciembre, cuando murieron 15 civiles y varios sufrieron amputaciones, una violencia que dejó cerca de 1.500 desplazados.
Así, ha manifestado en un comunicado que estos desplazados se encuentran "protegidos por 'cascos azules', cuya rápida intervención permitió restaurar la estabilidad en Boyo", una localidad ubicada en la prefectura de Ouaka.
"La MINUSCA alerta de la llegada masiva de elementos armados vinculados a los 'anti balaka' --una milicia predominantemente cristiana-- en los alrededores de Boyo e Ippy", ha dicho, antes de advertir contra posibles abusos "exclusivamente dirigidos" contra miembros de la comunidad peul.
Asimismo, ha apuntado que una misión de la MINUSCA y varias agencias humanitarias de la ONU se desplazó la semana pasada a Boyo para llevar a cabo una investigación y ha pedido a ambas comunidades que "preserven la cohesión social" y que "vivan juntos en paz en la región".
"La MINUSCA reafirma su firme determinación de garantizar la protección de los civiles ante la violencia en Boyo, Ippy y todas las regiones afectadas por la violencia llevada a cabo por grupos armados", ha destacado en su comunicado.
Por último, ha reclamado "a todos los grupos armados" que "pongan fin inmediatamente a sus ataques contra la población" y "respeten el alto el fuego decretado el 15 de octubre por el jefe de Estado (Faustin-Archange Touadéra) y todos sus compromisos con el Acuerdo de Paz (de 2018)".
Touadéra anunció el 15 de octubre un alto el fuego unilateral, tras lo que la Presidencia matizó que la decisión afectaba a aquellos rebeldes "que hayan depuesto las armas", tras la ofensiva lanzada en diciembre de 2020 por la Coalición Patriotas por el Cambio (CPC).
Así, la Presidencia centroafricana reseñó que los elementos rebeldes que "se nieguen a firmar y entregar las armas" serán considerados "enemigos de la paz" por parte de las fuerzas de seguridad, después de que elementos de Retorno, Reclamación y Rehabilitación (3R) y Unidad para la Paz en Centroáfrica (UPC) se mostraran reticentes al anuncio.
El país africano se ha visto sumido en una grave crisis a raíz de la eliminación de la candidatura del expresidente Franois Bozizé, quien regresó al país a finales de 2019 para volver a ser candidato a la Presidencia, cargo que abandonó en 2014 ante el levantamiento de los rebeldes de Séléka, predominantemente musulmanes. Bozizé encabeza en estos momentos la CPC.