NUEVA YORK, 6 Abr. (Reuters/EP) -
El Panel de Expertos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para Darfur ha confirmado en su último informe el uso de municiones de racimo por parte del Ejército y el tráfico de oro en la región por parte de grupos rebeldes para obtener financiación.
En el mismo, ha afirmado tener pruebas de que las Fuerzas Aéreas sudanesas contaron recientemente bombas de racimo RBK.500 en el área de carga de armas de la base de operaciones Nyala Forward.
"Pese a que Sudán no es firmante de la Convención de Municiones de Racimo, ha negado anteriormente poseerlas o usarlas", ha dicho el panel en su documento, al que ha tenido acceso la agencia británica de noticias Reuters.
Asimismo, ha expresado su preocupación por el tráfico de oro en la región, afirmando que alrededor de 48.000 kilos fueron posiblemente enviados de contrabando a Emiratos Árabes Unidos (EAU) desde la región entre 2010 y 2014.
Los expertos visitaron las minas artesanales de Jebel Amir en junio de 2015 y han manifestado que la milicia Abbala controla al menos 400 excavaciones, ganando unos 54 millones de dólares (cerca de 47,5 millones de euros) al año.
Por último, han acusado a Sudán del Sur de violar el régimen de sanciones al no poner fin al entrenamiento del grupo rebelde Movimiento Justicia e Igualdad (JEM) en su territorio y no evitar el envío de armas a Darfur.
Rusia, que mantiene buenas relaciones con el Gobierno de Sudán, ha criticado el informe, oponiéndose a su publicación argumentando que "los expertos no se comportan como se supone que deberían".
El conflicto de Darfur comenzó en 2003 cuando tribus no árabes se levantaron en armas contra el Gobierno de Sudán, acusándolo de discriminación. La ONu calcula que 300.000 personas han muerto y varios millones se han visto desplazadas a causa de los combates.