MADRID, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de Naciones Unidas han alertado de que la junta militar birmana no sólo sigue cometiendo crímenes de guerra y contra la humanidad dos años y medio después de hacerse con el poder en un golpe de Estado, sino que dichos abusos son ahora "más frecuentes" y "descarados", por ejemplo con ataques aéreos injustificados sobre poblaciones civiles.
Uno de estos ataques, perpetrado en abril en Sagaing, en el centro de Birmania, se cobró más de 155 vidas, aunque la lista de agravios es larga. El Mecanismo de Investigación Independiente, establecido por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2018, ha denunciado un aumento de las ejecuciones --tanto de civiles como de supuestos combatientes-- y de la destrucción indiscriminada de pueblos enteros.
El responsable de esta comisión, Nicholas Koumjian, ha señalado en un comunicado que "cada vida perdida en Birmana es algo trágico", pero considera "especialmente impactante" la "devastación" derivada de la destrucción y quema de aldeas. Se siguen cometiendo, ha señalado, "ataques sistemáticos" contra los civiles, por lo que los investigadores recaban pruebas ante la perspectiva de futuros juicios.
La junta que gobierna Birmania desde febrero de 2021, a raíz de un golpe que depuso el Gobierno controlado por Aung San Suu Kyi, ha tratado de justificar los bombardeos alegando que iban dirigidos contra objetivos militares, pero los investigadores han subrayado que, aunque esto fuese cierto, los militares debían tener constancia del riesgo de alcanzar a civiles.
Dado que las autoridades no han perseguido a los oficiales responsables de estos abusos, el Mecanismo asume que la cúpula también consiente y está al tanto de los mismos, una advertencia recurrente entre los observadores externos que acusan a los principales mandos de la junta de avalar un patrón de violaciones de los Derechos Humanos.
La Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP) estima que más de 19.700 personas siguen entre rejas en Birmania víctimas de la represión tras el golpe. Esta organización cifra además en 3.900 los fallecidos durante este tiempo.