ACNUR, el PMA y UNICEF dan la voz de alarma tras los últimos enfrentamientos en El Fasher, Darfur
MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Una misión de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha accedido por primera vez desde el estallido de la guerra en Sudán hace más de un año a la ciudad de Omdurmán, un importante núcleo urbano situado junto a la capital, Jartum, y donde ha constatado "elevados niveles de sufrimiento" entre la población civil, víctima de meses de aislamiento sin ayuda humanitaria.
La situación es "devastadora", en palabras de una portavoz de ACNUR, Olga Sarrado Mur, que ha advertido este viernes de una "destrucción masiva" provocada por los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
En el caso de los desplazados, carecen de refugio o viven en lugares saturados, "principalmente en escuelas". Sólo en Omdurmán residen más de 12.000 refugiados y más de 54.000 desplazados internos, según las estimaciones de Naciones Unidas, que ha examinado 'in situ' con autoridades locales formas de poder ayudarlos.
Las familias apenas pueden comprar alimentos por la subida de los precios, una situación que amenaza especialmente a la infancia. Además, "los niños no tienen acceso a escuelas o lugares de juegos y sufren angustia por el sonido de los enfrentamientos".
El conflicto iniciado a mediados de abril de 2023 ya ha provocado que en Sudán haya casi 6,7 millones de desplazados internos, a los que habría que sumar más de 920.000 refugiados procedentes de otros países, principalmente de Sudán del Sur, Eritrea y Etiopía. Asimismo, 1,8 millones de personas han salido de territorio sudanés en este último año, rumbo a los países vecinos.
SITUACIÓN EN EL FASHER
A la ONU también le preocupa la situación en Darfur, en particular por la escalada de los combates en la zona de El Fasher, con "decenas" de pueblos atacados. "La violencia indiscriminada, incluida la violencia sexual y casos de niños separados y desaparecidos, está subiendo", ha advertido la portavoz de ACNUR.
El Fasher había sido hasta ahora un área relativamente en calma dentro de la convulsión que siempre ha sido Darfur, una región salpicada durante años por todo tipo de luchas y donde 1,7 millones de personas sufren niveles de hambre catalogados de "emergencia".
Miles de personas han huido de sus hogares para escapar de la violencia, pero no todos los caminos están abiertos y estos desplazados pueden verse abocados a quedarse en campamentos que ya están saturados o directamente a la intemperie. Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó esta misma semana de altos niveles de desnutrición en el campo de Zamzam.
El programa Mundial de Alimentos (PMA) ha advertido de que "el tiempo se agota" para impedir que la población se muera de hambre en esta zona. Los últimos combates han interrumpido el paso de convoyes de ayuda a través del paso de Tine, que conecta con Chad, a lo que habría que sumar las trabas burocráticas que también limitan el flujo en un segundo cruce, el de Adre.
El director del PMA para la zona este de África, Michael Dunford, ha reclamado pasos "urgentes" para lograr "acceso sin restricciones y garantías de seguridad", con vistas a ayudar a "familias que luchan por sobrevivir entre devastadores niveles de violencia". La organización aspira a llegar a más de 700.000 antes de que comience la estación de lluvias y las carreteras sean ya del todo intransitables.
"La situación es extrema. La población está recurriendo a comer hierba y cáscaras de cacahuete. Si la ayuda no llega pronto, veremos hambre y muerte en Darfur y en otras zonas afectadas por el conflicto en Sudán", ha lamentado Dunford.
La directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Catherine Russell, tema por el futuro de la población de El Fasher, entre los que hay "750.000 niños y niñas", si hay un ataque militar sobre esta ciudad, por lo que ha pedido a las partes en conflicto que den "un paso atrás de manera urgente" para frenar la "peligrosa" deriva actual.
"Desde que comenzó la escalada de los enfrentamientos en y alrededor de El Fasher hace poco más de dos semanas, al menos 43 personas, incluidos niños, niñas y mujeres, han muerto", ha afirmado la jefa de UNICEF, que ha lamentado cómo todo el país se encamina "hacia una hambruna inducida por el conflicto y a la pérdida catastrófica de cada vez más vidas".
"Los niños y las niñas en Sudán siguen sufriendo una violencia inconcebible, mientras que sus padres y abuelos aún llevan las cicatrices de momentos de violencia pasados. No podemos permitir que esto siga sucediendo", ha recalcado Russell en un comunicado.