MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una investigación preliminar de Naciones Unidas ha constatado que al menos 117 personas fallecieron durante una serie de masacres registradas entre los días 10 y 13 de junio en la región congoleña de Ituri, en el noreste del país, en lo que podría tratarse de un acto de represalia por parte de la comunidad lendu, aunque son necesarias nuevas pesquisas "claras e independientes" para esclarecer por completo lo ocurrido.
Las matanzas ocurrieron entre el 10 y el 13 de junio en varias poblaciones de los territorios de Djugu y Mahagi, según informó inicialmente la Oficina Conjunta de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Una misión de investigación preliminar hizo acto de presencia el mismo 13 de junio tras confirmar "que varias masacres habían ocurrido en la zona", antes de que un equipo completo de investigación preparara un informe 'in situ' durante los días 19 al 25 de junio.
Según las conclusiones iniciales de este documento, varios miembros no identificados de la comunidad lendu asesinaron a 94 personas en Djugu y a otras 23 en Mahagi, entre ellas un número indeterminado de mujeres y niños, en presunta represalia por las muertes de cuatro de sus miembros. Los fallecidos eran en su mayoría de la comunidad hema, históricamente enfrentada a los lendu, y algunos de la comunidad alur.
Los investigadores de la ONU constataron que los ataques fueron perpetrados con una brutalidad extraordinaria. Algunas de las víctimas mortales fueron halladas decapitadas y sus casas y almacenes de comida incinerados. "La ferocidad y el carácter exterminador de los ataques da a entender que los asaltantes querían impedir a las víctimas que pudieran regresar a sus poblados", según el informe.
Naciones Unidas advierte de que este episodio es el último de una serie de ataques registrados durante los últimos meses en la región que han causado decenas de muertos adicionales. Y si bien el principal motivo que se baraja es del de la represalia, el análisis efectuado por el equipo de investigación no descarta que se trate de un pretexto. "Parece haber motivos adicionales tanto de carácter político como económico en estos asaltos", añade el documento.
La ONU ha solicitado a las autoridades congoleñas que emprendan una investigación "rápida, concienzuda, imparcial e independiente" para llevar a los responsables ante la justicia y romper así el ciclo de la violencia intercomunitaria en el país.
Asimismo, Naciones Unidas también pide al Gobierno que investigue la incapacidad del Ejército congoleño para impedir estas masacres y tome las medidas necesarias para asegurarse de que la comunidad lendu no recibe un castigo colectivo por las acciones de ciertos grupos.