Turk denuncia el "horrible cerco" impuesto por las RSF a la ciudad y recalca que "esta alarmante situación no puede continuar"
MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha denunciado este viernes que más de 780 civiles han muerto a causa del "horrible cerco" impuesto por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) contra la ciudad sudanesa de El Fasher y sus ataques contra la localidad, antes de reclamar al grupo que ponga fin al bloqueo y alertar de que todas las partes en conflicto podrían estar cometiendo crímenes de guerra.
"El continuado cerco a El Fasher y los incansables combates están devastando vidas a diario a una escala masiva", ha dicho el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, quien ha agregado que cerca de 1.150 civiles han resultado heridos y miles siguen atrapados, sin garantías para poder escapar de forma segura y ante los ataques indiscriminados por parte del Ejército y las RSF, sumidos en una guerra desde abril de 2024.
Así, ha subrayado que "esta alarmante situación no puede continuar" y ha agregado que "las RSF deben poner fin a este horrible cerco". "Pido a todas las partes en conflicto que detengan los ataques contra civiles y objetivos civiles. Les pido que cumplan con sus obligaciones y compromisos bajo el Derecho Internacional", ha agregado.
El informe publicado por la oficina de Turk recoge que la ciudad, capital del estado de Darfur Norte, se ha convertido desde hace meses en un campo de batalla entre las RSF y las Fuerzas Armadas, respaldadas por grupos aliados como el Movimiento de Liberación de Sudán-Minni Minawi, el Movimiento Justicia e Igualdad-Yibril Ibrahim y otras formaciones más pequeñas.
En este sentido, subraya que todas las partes han usado armas explosivas en zonas pobladas de forma que no respetaría los principios de precaución y la prohibición de los ataques indiscriminados, al tiempo que recoge que las RSF han llevado a cabo ataques intensos y regulares contra zonas densamente pobladas, mientras que el Ejército ha llevado a cabo bombardeos y tanto las Fuerza Armadas como sus aliados han perpetrado ataques con artillería.
El documento puntualiza que durante los combates registrados en junio murieron decenas de civiles en intensos intercambios de fuego entre las partes implicadas, que usaron además viviendas para fines militares y atacaron y saquearon mercados. "Las víctimas murieron dentro de sus casas, en mercados, en los alrededores de los hospitales y en las calles", afirma el documento, que dice que en el barrio de Al Zaura fue imposible durante días recuperar los cuerpos tirados en las calles debido a los combates.
Además, la Maternidad Al Saudi, el único hospital público de El Fasher que puede aún llevar a cabo cirugías y mantener servicios sobre salud sexual y reproductiva, ha sido atacado en repetidas ocasiones por las RSF, mientras que 23 personas murieron y 60 resultaron heridas en un ataque con artillería ejecutado en agosto por los paramilitares contra el Centro Médico Tumbasi.
Por otra parte, documenta ataques de las RSF contra campamentos de desplazados, entre ellos los de Zamzam y Abú Shuk. En concreto, especifica que en Zamzam hay una creciente presencia de militares y miembros de grupos aliados, lo que, sumado a la creciente movilización de combatientes siguiendo líneas tribales, supone un riesgo de que las hostilidades puedan recrudecerse en la zona.
"Cualquier ataque a gran escala contra el campamento de Zamzam y la ciudad de El Fasher catapultará el sufrimiento de los civiles a niveles catastróficos, profundizando una situación humanitaria ya grave, incluidas condiciones de hambruna. Deben hacerse todos los esfuerzos posibles, también por parte de la comunidad internacional, para evitar un ataque de ese tipo y detener el cerco", ha aseverado, al tiempo que ha pedido a las partes aceptar de buena fe los esfuerzos de mediación para lograr un cese inmediato de las hostilidades.
La guerra entre el Ejército y las RSF estalló en abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar --ahora declarado como rebelde-- en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir.