Pide a las fuerzas iraquíes y de la coalición que extremen al máximo sus precauciones para evitar víctimas civiles en sus bombardeos
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Más de 300 civiles han muerto en el oeste de Mosul desde que comenzó el pasado 17 de febrero el asalto para arrebatar la ciudad al grupo terrorista Estado Islámico, al que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Husein, ha acusado este martes de obligar a los residentes a permanecer en edificios y usarles como escudos humanos.
"La estrategia de Estado Islámico de usar a niños, mujeres y hombres para protegerse a sí mismos de los ataques es cobarde y vergonzosa", ha sostenido Zeid, subrayando que viola los "estándares más básicos de la dignidad y la moral humana".
En este sentido, ha recordado una vez más que en virtud del Derecho Internacional "el uso de escudos humanos equivale a un crimen de guerra", mientras que "disparar a civiles por la espalda mientras huyen para salvar sus vidas en un acto de monstruosa depravación", ha añadido.
El hecho de que Estado Islámico esté usando a civiles como escudos humanos ha provocado que cada vez más aparezcan cuerpos en los edificios bombardeados por la aviación iraquí y la coalición internacional, así como por la explosión de los artefactos colocados dentro de los mismos por los terroristas, según la oficina de Zeid, que también ha constatado civiles abatidos por francotiradores mientras intentaban huir.
307 CIVILES MUERTOS
La oficina de Zeid y la Misión de la ONU en Irak han verificado al menos 307 muertos y otros 273 heridos entre el 17 de febrero y el 22 de marzo. El incidente más mortífero ocurrió el 17 de marzo cuando un bombardeo aéreo contra francotiradores de Estado Islámico alcanzó una casa en el barrio de Al Jadida, en la que el grupo terrorista obligó a entrar a unos 140 civiles y donde colocó bombas trampa. Al menos 61 personas murieron en este incidente, según el comunicado.
El 22 de marzo otro bombardeo aéreo alcanzó un edificio residencial en el barrio de Rajm Hadid, en el que Estado Islámico había obligado igualmente a entrar a residentes de la zona, incluidos niños, y luego usó para lanzar granadas contra las fuerzas iraquíes. En dicho suceso, murió una niña de 7 años.
La oficina de Zeid también ha recibido información de que entre el 23 y el 26 de marzo al menos 95 civiles murieron en Risalah, Nabils, Uruba y Sainaah al Qadimah, por disparos de artillería, artefactos y francotiradores de Estado Islámico.
Igualmente se han documentado casos de traslado a la fuerza de familias dentro del oeste de Mosul ante el avance de las fuerzas iraquíes con el fin de usarlas como escudos para proteger a sus milicianos, así como de civiles abatidos por francotiradores mientras trataban de huir hacia las zonas reconquistadas por las fuerzas iraquíes.
INVESTIGACIÓN DE LOS BOMBARDEOS
Zeid ha celebrado el anuncio de las fuerzas iraquíes y la coalición de que van a investigar la muerte de civiles en algunas de sus operaciones y bombardeos y les ha pedido que sean "transparentes y exhaustivas" y que sus resultados se hagan públicos.
Asimismo, les ha pedido que revisen urgentemente "las tácticas para garantizar que el impacto en los civiles se reduce a un mínimo absoluto, conforme al Derecho Internacional".
El Alto Comisionado ha reconocido la dificultad de llevar a cabo operaciones militares en zonas densamente pobladas, por los riesgos que suponen para los civiles que se encuentran en ellas, alertando de que llevar a cabo bombardeos en este contexto "podría tener un impacto potencialmente letal y desproporcionado en los civiles".
"Este es un enemigo que explota despiadadamente a los civiles para servir a sus propios fines y claramente no siente el más mínimo escrúpulo de ponerles deliberadamente en peligro", ha denunciado Zeid.
"Es vital que las fuerzas de seguridad iraquíes y sus socios de la coalición (que lidera Estados Unidos) eviten esta trampa, revisen cómo sus procedimientos cumplen con sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional y consideren todas las opciones tácticas disponibles con vistas a evitar víctimas civiles y, en cualquier caso, reducir el impacto de las operaciones en la población civil al mínimo absoluto".