MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
El coordinador regional de Naciones Unidas para la crisis siria, Panos Moumtzis, ha denunciado este martes los últimos ataques contra hospitales y otras instalaciones médicas en el noroeste de Siria, incluido uno en Idlib que daba cobertura a 50.000 personas.
En su comunicado, Moumtzis ha recalcado que estos ataques "han dejado a cientos de miles de personas sin su derecho básico a la sanidad", haciendo hincapié en el ataque del 29 de enero contra el Hospital Oudai de la ciudad de Saraqab.
"El hospital (...) fue dañado por dos ataques aéreos que destruyeron parte del edificio y lo dejaron inoperativo. El hospital, de 18 camas y apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF), es el único en Saraqab y atiende a una población de 50.000 personas", ha dicho.
"El ataque habría tenido lugar cuando el hospital recibía a heridos en otro bombardeo que tuvo lugar una hora antes en el principal mercado de Saraqab", ha destacado, resaltando que "antes del ataque, el hospital tenía una sala de emergencias y un departamento de pacientes ambulatorios y llevaba a cabo cirugía general y traumática, así como 3.800 consultas al mes".
Moumtzis ha manifestado que "este brutal ataque es el cuarto en diez meses", apuntando a incidentes similares en la localidad de Jazraya, en la provincia de Alepo.
En este sentido, ha señalado que un centro médico de esta ciudad fue destruido en un bombardeo cuando era la única instalación médica que daba cobertura sanitaria a cerca de 10.000 personas de esta localidad y otras situadas en sus alrededores.
"Ha habido al menos trece ataques verificados contra instalaciones sanitarias este mes en Siria, incluidos en la situada Ghuta Oriental", ha recalcado Moumtzis, recordando que la Organización Mundial de la Salud (OMS) contabilizó 112 ataques contra estas instalaciones en 2017, con 72 muertos y 153 heridos.
"Hasta diciembre del año pasado el 51 por ciento de los hospitales públicos de Siria estaban cerrados u operaban parcialmente, mientras que 27 trabajadores sanitarios habían muerto", ha lamentado.
Así, ha condenado la destrucción de este tipo de instalaciones, reiterando que "los ataques contra las mismas y las personas que trabajan en ellas para salvar vidas es completamente inaceptable".
"La ONU reclama el fin de los ataques contra unidades médicas y personal sanitario y pide a todas las partes en conflicto que tomen todas las medidas para proteger a los civiles", ha remachado.