MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha descrito este martes como "muy preocupante" la situación de los civiles en la provincia siria de Hasaka (noreste) a raíz del asalto lanzado la semana pasada por el grupo yihadista Estado Islámico contra una cárcel en la que hay cientos de presos del grupo.
La portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, ha indicado que el ataque ha permitido la fuga de "decenas de presos" y ha derivado en enfrentamientos armados en los alrededores de las instalaciones, incluidas zonas residenciales.
Así, ha recordado que la prisión de Ghueiran es "uno de los mayores centros de detención en el noreste de Siria" y que en ella hay "alrededor de 5.000 detenidos, muchos en una prolongada detención a la espera de juicio".
"Estamos especialmente preocupados por las informaciones de que un número significativo de niños, posiblemente varios cientos, están allí retenidos y estamos extremadamente preocupados por su seguridad y bienestar", ha manifestado.
"La detención de niños debe ser, como siempre, una medida de último recurso y durante el periodo de tiempo más corto posible", ha indicado, al tiempo que ha pedido a las partes que trabajen para proteger a los civiles.
Shamdasani ha subrayado que en el marco de los combates se han registrado bombardeos por parte de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y ha agregado que "miles" de personas han huido de los alrededores de la prisión para escapar de los combates y del riesgo de ataques por parte de los yihadistas.
"Los últimos acontecimientos en Hasaka subrayan la desesperada situación de miles de detenidos en Siria, incluidos supuestos miembros de Estado Islámico", ha apuntado, al tiempo que ha recordado que el organismo advirtió en el pasado sobre "el estado de inseguridad" en instalaciones gestionadas por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
De esta forma, ha reseñado que los reos en estas instalaciones "están en condiciones de sobrepoblación, no tienen acceso a atención médica adecuada y no pueden ver a sus familias". "Ha habido numerosos motines, instigados en ocasiones por detenidos con lazos con Estado Islámico, y ataques contra estas ubicaciones por parte de células durmientes de Estado Islámico", ha recordado.
Por último, ha mostrado la preocupación del organismo por la situación de "miles de sirios, iraquíes y personas de otros países con presuntos lazos familiares con miembros de Estado Islámico" que están en campamentos de desplazados en el noreste de Siria, entre ellos los de Al Hol y Al Roj.
"Actos de violencia, incluidos asesinatos (...) y las duras condiciones de vida siguen afectando a los residentes de los campos. Esto hace aún más importante (...) que los países de origen repatrien a sus nacionales, especialmente mujeres y niños, en línea con sus obligaciones bajo el Derecho Internacional", ha zanjado.
El asalto comenzó el jueves con dos atentados suicidas de camiones cargados con explosivos detonados en la puerta principal y uno de los muros de la prisión, ha informado la agencia de noticias Amaq, afín al grupo yihadista.
Las FDS aseguran por su parte que unos 200 suicidas participaron en la incursión, que consideran ya la acción más importante del grupo en los tres últimos años, ya que en la prisión había unos 5.000 presuntos miembros de Estado Islámico. Unos 800 habrían logrado fugarse.
Las FDS anunciaron el 23 de marzo de 2019 la toma de la localidad de Baghuz y la caída del conocido como califato de Estado Islámico en su forma territorial, ya que no controlan ninguna zona en Siria ni en Irak, donde fue derrotado en diciembre de 2017.
Sin embargo, el grupo ha incrementado sus ataques durante los últimos meses, especialmente en el citado triángulo entre las provincias sirias de Alepo, Hama y Raqqa, lo que ha provocado que el Ejército de Rusia haya aumentado igualmente sus bombardeos en apoyo a las tropas gubernamentales, que mantienen un tenso 'statu quo' con las milicias de la región autónoma kurda del noreste del país.