MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha alertado este lunes de que el 50 por ciento de la población en el campamento de desplazados de Al Hol, situado en el noreste de Siria, son niños menores de doce años y ha reclamado a los distintos gobiernos que aceleren el proceso de repatriación ante el riesgo que supone la situación para la región y el mundo.
La Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (UNAMI) ha señalado en un comunicado que una delegación de alto nivel del organismo visitó el domingo el lugar acompañada del jefe del Servicio de Seguridad Nacional de Irak y ha recalcado que pudo "presenciar de primera mano las duras condiciones sobre el terreno".
Así, ha reseñado que el campamento, en el que viven cerca de 56.000 personas, "es un complejo desolado y creciente de tiendas de campaña bajo un sol abrasador", al tiempo que ha hecho hincapié en que "muchas personas, en particular niños, nunca pidieron ser parte de esta situación desesperada sin fin a la vista".
"Se encuentran privados de sus derechos, vulnerables y marginados. Las condiciones ya precarias a nivel humanitario y de seguridad se han deteriorado durante los últimos meses, provocando que los riesgos asociados a esta lenta catástrofe estén cada vez más claros", ha señalado. "Un campamento como Al Hol alimenta el resentimiento e inspira a los terroristas", ha alertado.
La representante especial de la ONU en Irak, Jeanine Hennis-Plasschaert, ha argüido que "mantener a la gente en condiciones limitadas y de pobreza crea mayores riesgos de protección y seguridad que trasladarlos de vuelta de forma controlada". "Irak está demostrando que las repatriaciones responsables son posibles al encontrar soluciones dignas ancladas en los principios de rendición de cuentas y reintegración", ha dicho.
"La mejor y única solución es controlar la situación, gestionar los retornos de forma rápida y decisiva, con espíritu de colaboración, para evitar que el legado de los combates de ayer alimente el conflicto de mañana", ha apuntado Hennis-Plasschaert, según el comunicado publicado por la UNAMI en su página web.
En esta línea se ha expresado el coordinador humanitario de la ONU en SIria, Imran Riza, quien ha hecho hincapié en que "Al Hol no es un lugar para los niños". "Los pasos dados por el Gobierno de Irak son extremadamente importantes en un camino hacia las soluciones. Se necesita urgentemente la acción de otros estados miembro con ciudadanos en el campo", ha explicado.
Hasta la fecha, más de 2.500 iraquíes han sido repatriados desde el campamento, si bien otros 28.000 permanecen en el lugar, que acoge a ciudadanos de 51 nacionalidades. Por ello, la ONU ha pedido que se aceleren los procesos de traslado, garantizando siempre las "medidas apropiadas de justicia y rendición de cuentas, en línea con el Derecho Internacional, y los programas de reintegración comunitaria para los declarados inocentes de cualquier crimen".
La organización no gubernamental Save the Children alertó en marzo de que serían necesarios 30 años para la repatriación de todos los niños que se encuentran en campamentos de desplazados en el noreste de Siria si continúa el ritmo actual, en medio de las denuncias sobre el deterioro de la situación en estas instalaciones.
El Consejo Democrático Sirio (CDS) --brazo político de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS)-- y la Administración Autónoma para el Norte y el Este de Siria (AANES) llevan años pidiendo ayuda para controlar la situación en el campamento de Al Hol y otros campamentos similares tras la caída del 'califato' de Estado Islámico, tanto por motivos humanitarios como de seguridad.
La seguridad del campamento recae sobre las FDS, cuyo componente principal son las Unidades de Protección Popular (YPG), que han protestado en numerosas ocasiones por la falta de apoyo para hacer frente a esta situación, marcada por incidentes de seguridad, ataques e intentos de fuga durante los últimos meses.
Las FDS, apoyadas por la coalición internacional que lidera Estados Unidos, tomaron en marzo de 2019 la ciudad siria de Baghuz (este), lo que supuso la caída del califato territorial de Estado Islámico, que perdió así todas las zonas que controlaba en Siria e Irak, tras su derrota en este país en diciembre de 2017.