MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
El jefe de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA), Mahamat Salé Annadif, ha afirmado este jueves que los grupos extremistas y terroristas, así como las redes criminales, son el principal obstáculo para aplicar el acuerdo de paz firmado en 2015.
En una comparecencia por videoconferencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Annadif ha descrito como "insoportable" la pérdida casi diaria de efectivos de la MINUSMA a causa de la explosión de minas antipersona y explosivos de fabricación casera.
Así, ha pedido identificar a aquellos que entregan estas armas a los grupos terroristas, reclamando financiación para poder hacer frente a la amenaza y destacando la importancia del despliegue de la fuerza conjunta del Sahel para apoyar la labor de la MINUSMA.
"Es importante destacar que hace falta un enfoque holístico que vaya más allá de la fuerza militar y asegure la coherencia del proceso de paz y las iniciativas de desarrollo y arquitectura para la paz y la seguridad de la Unión Africana (UA)", ha sostenido.
Por otra parte, ha recalcado que el aumento del extremismo viola las garantías y derechos fundamentales, explicando que "la ausencia de autoridades estatales en algunas zonas, al igual que las operaciones antiterroristas, durante las cuales se registran violaciones de Derechos Humanos, constituyen las principales causas para el recrudecimiento de esos atropellos".
En este sentido, Annadif ha destacado la importancia de que los responsables de estas violaciones rindan cuentas ante la justicia, recordando que uno de los objetivos de la misión es apoyar al Gobierno en su lucha contra la impunidad y en la preservación del estado de derecho y la democracia.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, expresó el martes su "profunda preocupación" por los últimos enfrentamientos en Malí, recalcando que "no se han logrado progresos en la aplicación del acuerdo de paz y reconciliación" firmado en 2015.
Las principales coaliciones armadas del norte de Malí --la Coordinación de Movimientos del Azawad (CMA), de mayoría tuareg, y la Plataforma, integrada por milicias progubernamentales-- firmaron a finales de septiembre un nuevo acuerdo para detener todas las hostilidades en el país, y en especial en el norte de Malí.
El norte del país un región convulsa con presencia de tropas francesas desde la revuelta tuareg de 2013, que rápidamente fue secuestrada por grupos yihadistas, lo que provocó la intervención militar de París en su antigua colonia.
Diversos grupos armados han ejecutado en los últimos meses varios ataques en Malí, siendo uno de los más graves un atentado suicida ejecutado en enero por Al Murabitún contra una base militar de Gao, en el que murieron al menos 77 soldados y miembros de milicias firmantes del acuerdo de paz de 2015.
Tras el atentado, el presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita, hizo un llamamiento a aplicar en su totalidad el acuerdo de paz, pidiendo que el ataque no impacte negativamente en este proceso.
Sin embargo, desde entonces han aumentado los enfrentamientos entre la CMA y la Plataforma, que se han acusado mutuamente de no respetar los términos del citado acuerdo de paz, firmado en Argelia.